Esmeralda Repetto, vecina del barrio Pompeya Sur, dijo que: “hace una semana que no entra una gota de agua en nuestras casas”. “Estamos desesperados y ya no podemos tolerar más esta situación. Queremos que el intendente y el gobernador tomen cartas en el asunto porque la cuestión acá no es pedir aumentos de sueldo; acá queremos el agua, por favor”, señaló además.
La mujer admitió que siempre tuvieron problemas pero, al menos, tenían cuatro o cinco horas de suministro. “Y como somos pacíficos nos conformábamos pero ahora ni una hora de agua tenemos”, señaló. En consecuencia, salen a pedir agua a familiares o vecinos de otros barrios.
Otra vecina, María Cristina Botto, vive al lado de la casa de Repetto desde hace 45 años. Y señaló que es un problema que padecieron siempre. “No tenemos ni en invierno”, indicó. La explicación de las autoridades es que viven un una zona alta donde no llega con presión suficiente el agua potable. “En estos días de calor nos da una desesperación. Yo tengo un tanque arriba pero como abastece toda la casa llega un momento en que yo me quedo sin agua igual”, indicó.
Por ende, María Cristina debe ir hasta la casa de su madre por calle Las Heras. “Hago todas las cosas ahí, me baño, lavo la ropa y traigo agua”, indicó. Debe racionar de tal modo que lava los platos con “gotitas”. A todo eso se suman la tasa por servicios sanitarios. “Pago $ 2000 y pico de agua por año de agua corriente. Lo pago religiosamente, antes del 10 ya tengo todo pago, y lo pago por año”.
“Esto tiene que tener una solución porque cada vez está peor y es mucha la gente que está padeciendo lo mismo que nosotros. Antes venía una hora o dos y juntaba en botellas pero ahora no, en botellas no se puede. No viene nada de agua”, dijo la vecina.
En el piquete estaba otro vecino llamado Duval Flores, quien recordó que hace 40 años que están reclamando. “Yo vine al barrio en el 73. Me acuerdo que en aquellos años venía un chorrito de agua a las 10 u 11 de la noche pero ahora ni a las tres ni a la cuatro de la mañana tenés agua. Yo cargo con un motorcito los tanques de tres a cinco pero ahora no sale ni a las tres ni a las cinco. No tenemos agua las 24 horas”, indicó.
Flores se quejó de que no puede lavar la ropa, ni bañarse. “Y lo que más bronca da es que vos ves a tres o cuatro cuadras gente que está regando en la calle y no se le hace nada. Tenés que pararte y c… una puteada porque están tirando agua, lavando un auto, y nosotros sin agua. Eso no puede ser. Estamos regalándole la plata a estos malandras”, manifestó en referencia al pago de la tasa de Obras Sanitarias.
Horacio es otro vecino de calle Federación que habita en el barrio desde hace dos décadas. Dijo que la problemática se agrava en el verano pero sucede también en el invierno. “Ahora entra muy poco y no nos alcanza para bañarnos ni para nuestras necesidades”, indicó. Además recordó que enviaron notas y dialogaron con algunos concejales el año pasado. “Nos han prometido soluciones y sin embargo hasta ahora no tenemos ninguna”, dijo. “El agua es una necesidad básica. Creo que es la obligación de un funcionario. Además se paga impuestos”, añadió.
Por Federación también vive Diego, un vecino que se sumó a la protesta con su pequeño hijo en brazos. “Primero hay que tener en claro que el agua es una necesidad básica que lo tiene que tener un hogar y una familia”, indicó. Diego hace cinco o seis años que vive en el barrio y desde que llegó nunca tuvo agua. “No hay la presión que tiene que haber para cargar un tanque para tener de emergencia. No tenemos la entrada de agua potable que tenemos que tener y tenemos que acudir a otro recurso que afecta la presión del vecino y del barrio. Lo ideal es que el municipio de una respuesta porque ya hace mucho que se viene reclamando esto; se han hecho cartas al intendente pero no hay respuestas”, recalcó.
Abastecimiento a full
Bessone, quien acudió este mediodía al piquete para dialogar con los vecinos, admitió que en la zona del Cementerio Nuevo el problema es de vieja data debido a que es una zona topográficamente alta de la ciudad. Y además alejada de la planta de agua ubicada en San Carlos, a metros del río Uruguay. “La poca agua que llega ahí no alcanza. Las cañerías principales que llegan ahí, llegan con muy poco caudal. Se hizo un cerrado de malla para que no se escapa esa agua pero así y todo no alcanza”, admitió.
El coordinador admitió que la ola de calor que no cesa convierte la situación en “crítica”. Y el problema se extiende a otras zonas altas como el barrio Pierresteguy, otros de la zona noroeste como los del IAPV y la zona de la UP 3 y del sanatorio Garat. “A esta hora (media tarde) baja la presión porque hay mucho consumo y mucho derroche por actividades recreativas”, señaló.
Bessone desvinculó a la planta de los problemas de abastecimiento. “En estos momentos está en siete kilos de presión. Está trabajando al máximo, bombeando a más no poder, con el riesgo de romper cañerías principales”, admitió.
Hay un proyecto para duplicar la capacidad de producción de la planta de San Carlos e instalar cañerías maestras nuevas (anillado) que rodeen la ciudad. Pero hace un año que la iniciativa está en el Banco Mundial esperando la aprobación del financiamiento de la obra que costará cerca de $ 320 millones. “Esto va a demorar un par de años. Esa sería la solución definitiva”.
No obstante, el coordinador apuntó que en la actualidad la planta provee 70.000 m³ de agua por día. Por habitante, significan más de 500 litros diarios. Una familia tipo consume 2.000 litros diarios. Teniendo en cuenta el escaso abastecimiento en las zonas descriptas anteriormente, eso significa que hay derroche en otros lugares. Bessone tipificó esos excesos: llenado de piletas, piletines, limpieza de tanques, lavado de autos, de veredas (solamente se pueden lavar con baldes miércoles y sábados). A pesar de lo mencionado, aún no fue decretada la emergencia hídrica. “Eso depende del Ejecutivo, estamos esperando la orden de ellos; ellos deberán evaluar”, señaló.
Desde Obras Sanitarias reclaman solidaridad a los vecinos. “Vos haces cinco o seis cuadras de Las Heras y Federación, te vas de la altura, y hay gente que tiene agua y de noche riegas las veredas. Es algo que, en definitiva, afecta a la gente que no tiene agua”, indicó.
Pozos viejos y futuros
Hace muchos años se perforó en distintos lugares de la ciudad y se colocaron tanques elevados pero con el correr del tiempo se fueron agotando. “Esta mañana se hicieron aforos de los existentes y están arrojando que se están agotando también”, indicó. Bessone precisó que hay 24 pozos en toda la ciudad y todos funcionan. “Las bombas funcionan sin parar y donde paran se quedan sin agua porque la presión de la planta no llega”, indicó. Generalmente, cuando se frena la producción del pozo, se debe a que se quemó una bomba o el tablero. “Se da aviso y van y tratan de repararlo inmediatamente. Tenemos bombas de repuesto”, manifestó.
Al mismo tiempo, el coordinador señaló que hay una propuesta para realizar nuevos sondeos tendientes a ejecutar nuevas perforaciones. “Con el riesgo minero que eso implica porque se han hecho varios pozos en la zona del Cementerio y han arrojado caudales irrisorios de 5.000 o 10.000 litros por hora que abastecen apenas una manzana”, señaló. Para solucionar el problema de los vecinos del Cementerio, señaló que se requiere caudal suficiente para 10 o 12 manzanas, como mínimo.
Para realizar las perforaciones, dijo que se va a contratar a una empresa de primer nivel. Pero esto no puede llevarse a cabo hasta enero del año próximo. Al menos, Bessone señaló que comenzarán estudiando la zona de Las Heras en primer lugar para luego seguir en otras zonas críticas que están alejadas de la planta potabilizadora.
Por otra parte, indicó que se realizó una nueva perforación de magnitud importante en el norte de la ciudad y les faltaría una similar que podría estar terminada para el fin de semana y tratan de complementar esa obra con un acueducto. “Hoy recibimos el 25 % de los materiales para el acueducto de 2.500 metros que va a abastecer a la zona de avenida Yuquerí y ruta 4”, puntualizó.