Por Fosforito
Desearía ser el árbol que se interpone entre el auto descontrolado y vos.
Desearía ser el puerto donde puedas amarrar tu barco golpeado por las olas del dolor
Desearía ser el fantasma que te viene a visitar por las noches
Desearía ser la pistola sin balas en tu mesa de luz
Desearía ser la mentira piadosa que te hace feliz
Desearía ser el adorno en la cima de tu arbolito de Navidad
Desearía ser el firmamento que mirás fijamente hasta desaparecer
Desearía ser la resaca de la mejor noche de tu vida
Desearía ser la relevancia de todas las cosas vistas desde la eternidad
Desearía ser esa canción que te hace subir el volumen de la radio
Desearía ser esperanza para una causa perdida
Desearía ser el paso de libertad que dudas en dar
Desearía ser un amor correspondido, tal como lo esperaste, todo el tiempo
Desearía ser la primera estrella que asoma entre las nubes que se despejan una hora antes de empezar el recital.
Desearía ser el sol escondiéndose en tu espejo retrovisor y la satisfacción del camino recorrido
Desearía ser el consuelo oportuno para la angustia de Martita antes que empiece con 5 pastillas de Alplax un 24 de diciembre a las siete de la tarde para dormir hasta el 26
Desearía ser el porro que te pega como padrastro ebrio y saca la mejor carcajada de vos
Desearía ser la correa que cede y deja caer la mochila de culpas que te acostumbraste a cargar
Desearía ser el hedor indisimulable de la indiferencia indolora que camina por las calles.
Desearía ser el sonido del despertador que interrumpe el sueño húmedo que tiene el influencer con “Il Duce”
Desearía ser el suero antiofídico para las Ramona Barbuda, los Ramon cito, los Opinantes, los Pepes y Repepés de esta ciudad
Desearía ser el esmalte blanqueador para tu sonrisa cínica de mil dientes cargados de azufre
Desearía ser el Pepe Grillo que te dice verdades que duelen al oído
Desearía ser Dios volviendo horrorizado después de haber huido, a enmendar buena parte de lo que hizo
Desearía ser el camino para que dejemos de ser fragmentos desperdigados y podamos -por fin- ser nosotros
Desearía retroceder sobre algunos de mis pasos y poner mis manos a tiempo antes de dejar caer y rajar nuestro mundo de cristal
…
Pero, al fin de cuentas, solo soy una llamita alumbrando ciertas penumbras, proyectando sombras revulsivas en una pared.
Un fosforito consumido por su fuego, queriendo vacaciones y un baño de clorato de potasio, pegamento y sulfuro de antimonio… y, tal vez así, volver ardiendo con nueva intensidad.
Felices Fiestas
Adios amigos.