A pesar de que a la escuela concurren 900 alumnos, solamente vinieron 14 padres a la asamblea. Durante el transcurso de la misma, algunas docentes expresaron sus temores de que algún alumno se corte con los vidrios rotos de algunas puertas. Como ejemplo, citaron lo que sucedió en Buenos Aires con la nieta del ex-presidente Raúl Alfonsín que falleció de una hemorragia al cortarse profundamente con un cristal.
Daniela García, delegadas de la escuela Nº 71, aseguró que, de todos los reclamos que efectuaron sólo cumplieron con “lo mínimo de lo mínimo”. Arquitectura colocó cadenas, bombas de agua y puertas en los baños. Pero, para ella, lo más importante es la zanja que atraviesa el patio de la escuela y la rotura del muro perimetral.
“Tuvimos dos semanas de vacaciones y hoy recién se han presentado a trabajar con el muro pero Truffa dijo que en 30 días solucionaba todo”, dijo García. Además, expresó que el piso del jardín “ha cedido 90 centímetros más y el tanque de agua continúa pediendo. Los desagües cloacales continúan y no han rellenado nada”. El agua servida cruza por detrás de la salita. Además, el barro se acumula a los costados como si la tierra estuviese humedecida todo el tiempo.
Natalia Insaurralde, otra delegada, aseguró que comenzarán las clases pero van a hacer responsables de lo que pueda suceder a “todos los papás y a las autoridades”. “No nos hacemos responsables absolutamente de nada”, aclaró en vista de lo que pueda llegar a suceder. Las docentes decidieron además otorgar un mes más de plazo para que se ejecuten los trabajos pendientes.
María del Carmen Arraigada es docente y dictó clases durante siete meses en un aula con cielorraso con lana de vidrio, material que es genera problemas en las vías respiratorias y es potencialmente cancerígeno. “El tiempo que di clases es porque desconocía esa problemática. Pero esta aula hace 12 años que se estaba ocupando con esa lana de vidrio. Todas las personas que han pasado por esa aula han corrido el mismo riesgo”, sostuvo. “El temor está y va a quedar por todo el tiempo, pero más que nada a mí me interesa velar y luchar por la salud de mis alumnos”, señaló.
Pidió que saquen el material del cielorraso pero le respondieron que, como el aula es provisoria y no figura en Arquitectura como una construcción habilitada para dar clases, no se iba a colocar. La docente se puso firme y dijo que no iba a dar clases hasta que no se colocase la membrana porque el “techo tiene perforaciones y entra agua cuando llueve”. Pero no instalaron el material entre los tirantes y el techo sino debajo de los tirantes. El problema ahora es que la inclinación del techo apunta a un tubo fluorescente. “Si cae agua dentro del aula, caería sobre el tubo con el riesgo que eso significa”, sostuvo Arraigada.
La problemática de la escuela Nº 71 no está aislada del contexto social en el que está inmersa. Al oeste de la escuela, cruzando boulevard Yuquerí, se yerguen, sobre un terreno que hace poco era un baldío, casitas construidas en su totalidad con costaneros.
Al noroeste del edificio escolar se encuentra la Nº 159 “Domingo Faustino Sarmiento”. “Nosotros no tenemos muro perimetral pero tenemos un alambrado. El año pasado a una chica entró una persona de afuera y le sacó el celular a punta de cuchillo”, dijo Roberto, un delegado de esa escuela. La inseguridad es permanente. “Entran a jugar al fútbol, le faltaron el respeto a una de las alumnas, la ordenanza les llamó la atención y y le dijeron que a la salida le iban a pegar un ‘chumbazo’”, expresó
En cuanto al aspecto edilicio dijo: “no tenemos aulas suficientes, no tenemos patio techado y los chicos tienen que cubrirse con lo que pueden y a veces no se da clase por la lluvia. Estábamos sin vidrios y con las puertas rotas y los chicos se congelaban”, agregó el delegado.
Por último, llamó la atención sobre las licitaciones. “Muchas veces no se gasta la plata que se presupuesta. La compra de un plafond como pasó en la Lopez Jordán que se hablaba de $ 120. Un tarro de látex a un costo de $ 500. Tenemos que ir viendo como fiscalizamos estos gastos”, señaló Ricardo.