LOS TEKIS
Comienzan a hacerse conocidos en la zona, se presentan como un grupo de Jujuy y venían de estar hacía pocos días en la fiesta del Río en Puerto Yeruá. Como esa vez, aunque con el lago de fondo, sorprendieron, gustaron y lograron la complicidad del público. Se trata de un grupo que hace música del altiplano, entre las que aparecen carnavalitos. El hábil manejo de una variadísima gama de instrumentos, lo hace especial : flautas, sicus, quenas, percusión, batería, guitarras, bajo, charango, acordeón y teclado, entre otros. Luego de 45 minutos de música y alegría, se despidieron, no fue buena idea, la gente quería baile, baile y carnaval. Volvieron al escenario y siguieron meta carnaval nomás, completaron una hora dejando otro buen recuerdo.
LEON GIECO : PURA MEMORIA
Apenas pasadas las 2,30 de la madrugada comenzaron a pasar imágenes de video con un escenario en penumbras. Las imágenes mostraban la guerra, heridos bombardeos, los innombrables de la dictadura militar de época y un León Gieco joven tocando y cantando “Hombres de Hierro”. Al lado de esa pantalla, vestido de negro y casi imperceptible, iba asomando un Gieco con algunos añitos más pero igual de vital, y comenzaba a confundir su voz y su armónica con la de ese jovencito de barba y 30 años menos que aparecía en pantalla.
Apenas lo divisó, la gente comenzó a pararse, y a pararse y a aplaudir y a gritar y a llenar de emoción ese predio que, apenas se anunció la llegada de ese grande de nuestra cultura popular, se llenó de un modo impresionante, era como si el público estuviera esperando ese momento.
Con la humildad de siempre, contó que cada vez que realizan un recital, llevan remeras, libros, cd y demás y que todo lo vendido es a beneficio, del Padre Farinello al que, dijo, le va tan bien que antes tenía 8 comedores y luego pasó a tener como 12. Mencionó a Mónica Carranza que tiene un comedor gigante en La Matanza y a otras instituciones similares.
Luego, presentó a sus músicos y largó con el espectáculo y con los homenajes.
Gieco es una imagen casi bíblica del compromiso y la coherencia social y política, eso es lo que lo hace querible, respetado y merecedor de cariño.
Gieco es pura memoria popular y anoche lo dejó expresado. Homenajeó a las mujeres víctimas de la violencia, a las Madres “Inolvidables” de Plaza de Mayo, a su maestro del folklore, don Atahualpa Yupanqui y del rock, los Beatles ; un especial homenaje a “las sirvientas” estoy orgulloso de haberlo hecho así, dijo, las sirvientas cuidan a los chicos, los llevan a la escuela y los esperan, les dan cariño y hasta a veces deben soportar al marido borracho de la patrona, que se quiere abusar…y largó con dos de sus más conocidos chamamé.
Y siguió con los homenajes… a ese cura tercermundista de Mujica al entrerriano “Pocho” Leprati militante social asesinado en Rosario por una bala policial en plena crisis del 2001, y a Juan Cabandié, uno de los últimos hijos de desaparecidos que recuperó su identidad luego de haber nacido en esa cueva infecta de terror y tortura que fue la Escuela Mecánica de la Armada.
El final fue apoteótico cantó sin otra música que su voz, “Cinco Siglos igual” y cerró con el himno anti-guerra, de “Solo le pido a Dios”.
Inolvidable.