El doble discurso es, a no dudarlo, una característica propia del ser humano. Entendible?. A veces, quizás..30 años de actividad profesional en el Hospital Público me autorizan a rebatir cualquier postura demagógica y mentirosa sostenida por las
autoridades de Salud Pública de la provincia y/o por «nuestros» médicos senadores provinciales.
La ligadura de trompas, no así la vasectomía, (ya que los hombres difícilmente asumen el problema como propio) es una práctica normal, tanto en el ámbito de la Medicina Pública como de la Medicina Privada. Siempre hemos practicado la ligadura de trompas, en el Hospital y en los Sanatorios en los que ejercemos nuestra especialidad.
En el Hospital, como resultado de la hipocresía de nuestra sociedad, queda librada al criterio y/o a la buena voluntad del médico tratante. Siendo responsable del área de Embarazo de Alto Riesgo del Servicio de Maternidad del Hospital Felipe Heras muchísimas veces he indicado y autorizado con mi firma y bajo mi responsabilidad a los médicos de guardia a efectuar esta operación en pacientes que así me lo solicitaban y que cursaban embarazos complicados o tenían muchos hijos.
Lo mismo hemos realizado, todos los ginecólogos que conozco, sin excepción, en el ámbito privado. Sólo que, en privado, es más simple. Se cobra un adicional por hacerlo.
Por ende, el que puede pagar sí, y el pobre no.
Todos los ginecólogos que ejercemos nuestra profesión con coherencia y responsabilidad hemos tomado esta trascendente decisión en conjunto con nuestras pacientes y sus parejas, teniendo en cuenta su edad cronológica, sus problemas médicos y además su voluntad. Siempre hemos remarcado el «no retorno» que esta cirugía implica, por medios convencionales. Personalmente, y salvo excepciones, no efectúo la ligadura a mujeres de menos de 30 años.
La Iglesia debe tener en cuenta que a nadie se le efectúa este procedimiento si no lo solicita. Los creyentes seguramente se abstendrán de solicitarlo.
Decir que equivale a una castración es un disparate. Por otra parte a todas las voces masculinas que se alzan contra este derecho de nosotras, las mujeres, a decidir y a solicitar, sea cual sea nuestra Obra Social, o nuestro poder adquisitivo, que no queremos tener más hijos, les pregunto si la misma disposición mostraron en el transcurso de sus vidas para preservar a sus parejas, estables u ocasionales, de un embarazo no deseado.
Las mujeres sabemos de eso. Los hombres, hasta el advenimiento de los análisis de ADN, optaban por desaparecer. Y el embarazo, el parto y el niño a criar era un problema reservado a nosotras, las mujeres.
Con qué autoridad moral quieren ahora impedir a las mujeres pobres decidir sobre su futura fertilidad ??? Si los tres Poderes del Estado son independientes, cómo puede el Ejecutivo «ordenar» a los Senadores que voten en contra ? Para eso los elegimos?
Es hora de terminar con la hipocresía y los dobles discursos. Jamás tuve una queja de las pacientes a quienes he operado en el Hospital, sólo agradecimientos.
Pero esta necesidad de miles de mujeres no puede quedar librada a la buena voluntad y al discernimiento de algunos profesionales. Debe ser una norma que todos debamos cumplir en igualdad de condiciones.
A los diputados provinciales, mis felicitaciones!.