Partimos de la base de considerar que el suicidio, en muchos casos, se puede prevenir, ya que no se trata en la mayoría de un acto impulsivo, imprevisible y por lo tanto imprevenible, sino la acción final de un proceso que puede ser identificado en sus manifestaciones previas, y ayudar, de ese modo, a evitar su penoso desenlace interviniendo en la identificación, contención y resolución de conflictos de las personas que atraviesan situaciones de riesgo de suicidio. Nuestro enfoque es comunitario porque creemos que los integrantes de una sociedad y sus instituciones pueden contribuir en la prevención si cuentan con un mínimo de información e instrumentación para ello, es decir, consideramos como agentes potenciales de prevención a docentes, policías, amigos, compañeros de trabajo, familiares, vecinos etc. Esa es la razón por la que una de las principales actividades de “Lazos en red” es brindar charlas de capacitación en todos los espacios comunitarios posibles. En la mayoría de los casos las personas viven circunstancias subjetivas o ambientales que los constituyen en factores de riesgo. También existen creencias falsas, pero muy arraigadas en el imaginario colectivo, como la que dice que “la persona que se va a suicidar no lo dice, o que quien lo dice no lo hace”, se ha demostrado que es errónea, ya que en la mayoría de los casos las personas manifiestan abiertamente sus intenciones suicidas en el proceso. Asimismo conocemos las manifestaciones de advertencia o indicadores de riesgo más habituales, cuya detección posibilita conductas de ayuda preventiva. Los más comunes son: Manifestación verbal de las ideas suicidas, amenazas suicidas, notas o posteos suicidas, entrega de posesiones valiosas sin que nada lo justifique, tristeza, desinterés, desesperanza, retraimiento, aislamiento, disminución del rendimiento escolar o laboral o ausentismo, agresividad, dificultades en la concentración, descuido del aspecto e higiene, decepción y culpa por no satisfacer las expectativas paternas, dificultades en la comunicación tendencia al aislamiento, escasas relaciones interpersonales, rechazo del grupo de pares, importante incremento del consumo de alcohol o drogas, autolesiones, considerar el suicidio como un acto heroico, falta de higiene, insomnio o hipersomnia, pérdida del apetito o compulsión alimentaria, hablar de muerte o suicidio, sentirse desesperado o culpable, sentimientos de soledad, impotencia, desesperanza, introversión, ensimismamiento, aislamiento, pesimismo, depresión o apatía, odio o desvalorización hacia sí mismo. Sentimientos de vergüenza. Deseos súbitos de arreglar asuntos personales. Son las principales manifestaciones, algunas más específicas que otras. Si una persona presenta estos indicadores y manifiesta de modo franco e inminente sus intenciones suicidas, se sugiere no dejarlo solo y solicitar asistencia psicológica cuanto antes.
Por otro lado, si bien el suicidio es un fenómeno multicausal y complejo, existen factores de riesgo a tener en cuenta que incrementan sus posibilidades: depresión, adicciones, esquizofrenia, trastornos alimentarios, intentos previos, los varones se suicidan más que las mujeres en una relación 4 a 1, historia familiar de suicidio, graves disfunciones familiares, abusos sexuales en la infancia, violencia de género, tanto en las víctimas como en los agresores, la discriminación en el campo de la diversidad sexual, bullyng, los adolescentes que no estudian ni trabajan, que no pueden armar proyecto de vida, abandono emocional de la familia, adolescentes solitarios, aislados, replegados sobre sí mismos, sin confidente, excluidos rechazados por pares, el período posterior a una internación por intento de suicidio, desocupación, pérdida del trabajo, adolescencia y tercera edad, soledad y aislamiento social, son los principales factores de riesgo que hay que abordar de diversas maneras para prevenir.
En las crisis suicidas, con tentativas es necesario consultar la urgencia en guardias hospitalarias, en el caso de necesidad de atención psicológica por situaciones apremiantes, solicitar prioridad en servicios hospitalarios o instituciones que traten la problemática.
Por último quiero mencionar a las personas que formamos “Lazos en red”. En un mundo en el que predomina el individualismo, el egoísmo y la falta de empatía, estos vecinos de nuestra ciudad nos hacen creer en la solidaridad y nos dan esperanzas que un mundo mejor es posible, ellos son: Cecilia Carballo, Corina Girard, Daiana Pérez Conti, Eliana Reniero, Silvia Fernández, Estefanía Laner, Graciela Alanís, Guillermo Anido, Ignacio Moreira, Itatí Fernández, Jimena López, Manuel Anido, Mariela Género, Martín Torres, Mirta Madrid, Mónica Maya, Victoria Gómez, Amalia Ayala, Angie Romero, Bernardita Zalisñak, Cristina Jachuc, Freitag María, Nancy Zanandrea, Mercedes Combis, Laura Colugnati, María Ema Papeti, Verónica López, Olga Hollman y Mónica Masetti, siempre a riesgo de omitir algún miembro.
Instagram: https://instagram.com/lazosenred.concordia?igshid=vbbmh2ue76fg
(A través de instagram se darán semanalmente charlas en vivo sobre prevención del suidicio a cargo de diferentes especialistas y referentes en el tema)
(*) PSICOLOGO. MP 243
