La brecha de ingresos entre los hogares pobres y los trabajadores registrados aumentó y, debido a la informalidad, las políticas públicas tradicionales no son eficaces en reducir la pobreza, dice el Informe de Empleo y Desarrollo Social, que con la dirección del doctor Patricio Millán y la colaboración de los economistas Jorge Colina, Osvaldo Giordano y Marcelo Marzocchini, publicó el Departamento de Economía de la Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires” (UCA).
El informe tiene por objeto analizar las políticas públicas en el campo del empleo y presentar propuestas que apunten a la reducción de la pobreza y al desarrollo social en la Argentina.
En el primer número del informe se compara la evolución entre los años 2001 y 2006 del Índice de Ingresos de los Hogares Pobres con el salario real de los trabajadores registrados y el Producto Bruto Interno (PBI). Los datos indican que en abril de 2006 el PBI se ubica casi en un 20% por encima y el salario real de los trabajadores formales un 5% también por encima del nivel de 2001. Pero los ingresos reales de los hogares pobres están en 2006 un 7% por debajo del nivel que tenían en 2001.
Esta situación es consecuencia del trabajo informal (trabajo en negro) -explica Patricio Millán- que representa en promedio más de la mitad del ingreso de los hogares pobres y tuvo un crecimiento inferior al de los salarios reales de los trabajadores registrados.
Los datos oficiales indican que el salario promedio del sector privado formal hacia fines de 2005 era de $1.670, mientras que el salario informal promedio percibido por los trabajadores que viven en la pobreza era de sólo $317”.
La conclusión es que el empleo informal masivo y fuertemente concentrado en los estratos socioeconómicos más bajos que caracteriza al mercado del trabajo en la Argentina hace perder eficacia a las políticas públicas tradicionales.
Éstas operan fundamentalmente sobre el sector formal del empleo y lograron recuperar los salarios de los trabajadores registrados. Sin embargo, estas políticas tienen poco efecto en los trabajadores informales y esto explica porqué la pobreza aún se mantiene en niveles altos, superiores al 30%.
“Es necesario -señala el informe de la UCA- incorporar la informalidad como elemento prioritario del diseño y realización de las políticas públicas.
Combinar mejores controles del Estado con reducción de la presión burocrática y financiera que el Estado impone sobre las pequeñas empresas tiene, desde el punto de vista social, mucha más eficacia en el combate para reducir la pobreza que los instrumentos tradicionales que se utilizaron”.
“Tenemos un equipo trabajando en la elaboración de propuestas en este sentido”, dijo Patricio Millán.
El Índice de Ingresos de los Hogares Pobres es un instrumento estadístico desarrollado por los economistas de la Universidad Católica Argentina con datos oficiales del INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), a partir de la composición de los ingresos de los hogares pobres en el año 2005.
La ponderación de los ingresos provenientes del empleo informal es del 54%, mientras que un 25% proviene del empleo formal, un 10% de prestaciones de la seguridad social y un 11% de los planes asistenciales.