Alberto ya anunció un previsible ‘seguiré siendo el mismo, insistiré en mi formula de gobierno’ porque a diferencia de Groucho Marx que ofrecía cambiar de valores si el público lo requería, él, como marcaba Fierro, no encontrará faja capaz de contener su barriga y seguirá empeñado en demostrarle a la clase M que él es bueno, que él no es como la shegua; en un plan de seducción que no le funciona, ni a el ni a nadie, en este grietudo país. Al menos por estas décadas que transitamos.
Volviendo a las Paso, los votos perdidos por el FdT no fueron masivamente a JxC, solo una fracción menor, la mayoría se disgregó en divisas que se ilusionan vanamente a futuro, expresando una especie de pulsión del electorado de punir las blanduras de una gestión que se ahoga en muestras de innecesaria ternura a una base social que no está para caricias sino para, y finalmente, vera nuestro país salir de este escenario de mediocridad política de una generación de representantes del pueblo que agitan sus gestiones consolidando prebendas personales, impunidad jurídica, poniendo sus amigos como jueces y garantizando oportunas sucesiones familiares, coctel que al único camino que conducen es a la desesperanza masiva. Y también existen, en un número no menor, votantes que expresaron su hastío con indiferencia y no acuden a votar.
En nuestra provincia, un peronismo ahogado en su propia flema, le vuelve a dejar el campo orégano a los pícaros que interpretan los cover que a la clase M les gusta escuchar, ayer el inefable payador agropecuario, que casi se corona, y hoy al siniestro astuto que ha elegido Magnetto para que llegue primero a la diputación, luego a la gobernación y de allí al sillón de Rivadavia, con el apoyo de todos los medios de desinformación que maneja. O sea, casi todos.
En las recientes Paso, Bordet y las autoridades partidarias le dieron campo liberado a JxC, cualquiera que recorriese la provincia de norte a sur y de este a oeste, salvo en Concordia por obvias razones, la veía empapelada con fotografías y slogans del candidato de esa divisa. Radios, televisión local, diarios etc. eran generosamente visitadas por el nieto de Rogelio, blandiendo su sonrisa de yo no fui y sus promesas vanas. De aquí a diciembre queda poco tiempo y el FdT ha dado muestras, hasta ahora, de una incapacidad estructural de democratizar su funcionamiento, apelando una vez más al dedo de una dirigencia que ha defraudado las expectativas del pueblo por más de dos décadas. Y el dedo lo ponen en el hombro de quienes les garantizan (ellos se ilusionan) perpetuar un estado de cosas que nos ha llevado a ser una de las provincias con más pobreza del país. Algo que nos agravia a todos.
El peronismo entrerriano ha ido evolucionando hasta ofrecer su peor versión de la historia, luego de dos décadas en el gobierno todos los problemas se han agudizado, la divisa que supo ilusionar el anhelo popular de justicia social, independencia económica y soberanía política se ha transformado en una mala remake de los gobiernos que supo combatir y el electorado le ha demostrado que entre el original y las malas imitaciones se queda con el primero. La base política de la provincia esta ávida de retomar el rumbo, pero cada vez se convence más que este camino de nepotismo y corrupción solo perpetuará la desilusión y el fracaso. La gobernabilidad está en riesgo y sin embargo la inercia que la ha provocado continúa su rumbo. Es probable que de aquí a diciembre los números se corrijan, pero no tanto como para volver a dar el oxígeno inicial que tuvo el gobierno del FdT.
El triunfador de la hora, recorre la provincia prometiendo naderías envueltas en frases huecas vacías de contenido real. Sabemos quién es, en este país los archivos están para quienes los quieran encontrar y lo que ofrece asusta. Y el oficialismo más que un opositor, parece ser un socio por omisión de este estado de cosas.