Las partes y el tribunal realizaron una inspección en el lugar donde fue detenido Gorosito

González no había realizado este aporte en el primer juicio por la desaparición de Gorosito, ya que era menor de edad. Hace algunos meses, en cambio, afirmó no tener problemas de hacerlo en esta ocasión. “Cuando ocurrió el hecho yo no sabía a qué comisaría pertenecía el móvil; ahora sí lo sé”, manifestó.
El joven también formó parte de la inspección judicial que se realizó en las inmediaciones de la Escuela Esparza de Paraná, donde la víctima fue detenida. Allí le señaló al tribunal –integrado por Marcela Badano, Marcela Davite y Hugo Perotti- y al fiscal Leandro Ríos el lugar preciso del hecho, donde –coincidentemente con el testimonio de Zárate- hay una escalera entre el cordón y la vereda, la cual se encuentra un metro sobre el nivel de la calle.

Otros testigos

Silvio Gaitán, un vecino del barrio Bajada Grande, negó rotundamente que haya mantenido un diálogo con Rudecindo Gorosito y María Cristina Silaur donde les habría comentado que pudo escuchar a altos jefes policiales decir que planificaban un atentado contra su hijo. Al surgir estas contradicciones, fue sometido a un careo con ambos, por separado, y volvió a desvincularse. “Me mintió, señor, me mintió. Usted nos dio una pequeña esperanza en ese tiempo”, le recriminó el padre de la víctima. “Hágalo por ellos; hágalo por sus hijos. Algún día les puede pasar lo mismo”, expresó Gorosito ante Gaitán, quien afirmó desconocer todo cuanto se le preguntó. El vecino de Bajada Grande, antes de declarar, dijo no conocer a los imputados, pero sí a su defensor Marcos Rodríguez Allende.
Walter Gadea se desempeñaba en la Comisaría 11, y fue el encargado de recepcionar la denuncia de Ramón Franco, a quien Gorosito y Zárate le habrían baleado el domicilio la noche anterior a la desaparición. El oficial aseguró este viernes que la firma que consta en la ampliación de la denuncia efectuada por Franco ese 16 de febrero es la suya, contrariamente a la defensa esgrimida por él ante el tribunal. La Fiscalía solicitó una pericia caligráfica, cuyo resultado aún no se conoce pero tras la cual ambos serían citados a declarar nuevamente.
“La reticencia es equivalente al falso testimonio”, le advirtieron desde el tribunal, primero Davite y luego Badano. El funcionario policial dijo no recordar la mayoría de los aspectos del acontecimiento. Tras una serie de cruces, se excusó argumentando que, además de haber pasado 10 años del hecho, hacía 24 horas se encontraba de servicio y, a su vez, hace algunas semanas recibió golpes que lo forzaron a tratarse psíquicamente. Gadea es el policía agredido por los ruralistas en la puerta de Casa de Gobierno, quien debió ser oportunamente internado y cuya foto apareció en algunos medios de comunicación de la provincia. El oficial podría volver a ser citado.

Próximas audiencias

La querella, compuesta por Rubén Pagliotto, Iván Vernengo y Jorge Leitner, mostró interés en la comparecencia de un testigo, quien –junto a las otras personas que volverían a declarar- podría presentarse -en caso de ser localizado- la semana próxima en la Sala II de la Cámara del Crimen de Paraná. Otras personas que iban a prestar testimonio no fueron encontradas, aunque con el consentimiento de las partes se decidió desistir en las averiguaciones para dar con su paradero.

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