Si bien ayer en todo momento se habló de la empresa Botnia, la consultora no precisó qué firma y de qué nacionalidad será la interesada en la inversión, indicando que el proyecto se concretaría una vez que se calmaran las tensiones bilaterales.
Ante el impacto de la información, el radical Colombi reaccionó con cuidado de no aparecer como abanderado de las papeleras. Pero admitió ayer que uno de los objetivos estratégicos de su administración es completar el proceso productivo del rubro forestal mediante un plan de industrialización que, a futuro, podría desembocar en el procesamiento de pasta de celulosa.
El mandatario no dio detalles sobre las negociaciones que lleva adelante con empresas europeas del rubro y evitó responder las críticas lanzadas en su contra por Busti, un peronista con quien no tiene precisamente una relación de amistad. Pero mantuvo su posición en favor del «aprovechamiento industrial de los recursos forestales que tiene Corrientes», que incluye la pasta de celulosa como «una parte» del proceso.
Preocupado por no atizar la controversia y por no enemistarse con la Casa Rosada, el gobernador aseguró que no avanzará con el proyecto de la papelera propia hasta que se resuelva el conflicto con Uruguay, porque las conclusiones de esa discusión «marcarán pautas para el futuro en lo que respecta al sector forestal».