Por otra parte, se supo que otra empresa de celulosa, Arauco y Constitución (Celco), anunció el cierre temporal y voluntario de su planta Valdivia, ubicada en la comuna de San José de la Marquina (Chile); además de la renuncia de su gerente general, Alejandro Pérez.
La empresa fue duramente cuestionada hasta por el propio presidente chileno Ricardo Lagos luego de la entrega de información errónea en la Corte Suprema –Celco entregó un documento que atribuyó al Eula, pero que fue elaborado por la propia industria– y por su vinculación con el deterioro del humedal del río Cruces, que provocó la muerte de los cisnes del santuario y la desaparición de otras especies animales y vegetales, según un estudio de la Universidad Austral de Chile.
La empresa Celco inició sus actividades en febrero de 2004 y, a poco de funcionar comenzaron los problemas por los malos olores, a lo cual se sumó la clausura por no tener patente municipal. Luego de regularizar esta situación, hubo sumarios sanitarios y multas, hasta que la industria presentó un programa que permitió adquirir más tecnología para disminuir los olores molestos. Pero en octubre se constató una situación extraña en el humedal del río Cruces, lugar donde la empresa fue autorizada por el gobierno para verter sus residuos industriales líquidos.