Las distribuidoras no prevén fallas en el servicio eléctrico para el verano

En rigor, las distribuidoras se encargan de proveer para una zona determinada la infraestructura suficiente para que los usuarios tengan la electricidad que necesiten. Operativamente, las distribuidoras están integradas a un sistema nacional, abastecido por un mismo mayorista. Si hubiera inconvenientes estructurales en la fase de generación, el servicio se resiente en todas las distribuidoras, sin excepción.
La otra chance es que haya energía para transportar pero complicaciones en la distribución, cuellos de botella, fallas locales, puntuales, como conductores o transformadores desbordados. En Santa Fe, por ejemplo, las nuevas autoridades han debido aceptar que una hipótesis de trabajo cierta es que en los días críticos del verano haya cortes tanto en la capital como en Rosario. Esas dificultades se producirían, sencillamente, porque la distribuidora, la EPE, no ha realizado las inversiones suficientes.
No es el caso de Enersa, que ha afrontado una agresiva política de inversión desde que el Estado retomó su control operativo. Eso significa, palabras más, palabras menos, que si hubiera cortes en Entre Ríos no se producirían por problemas estructurales en la distribución (de los accidentes, como la caída de un rayo o un árbol, nadie está exento) sino, en todo caso, por un inconveniente generalizado, de alcance nacional: que directamente la energía producida no alcance a cubrir la demanda.
De todos modos, el panorama en la fase de generación pareciera estar mejorado con relación al que se registró en la temporada anterior, sobre todo por la altura de los ríos con represa y la mejor prestación que se espera vía Yaciretá. Pero será el nivel de consumo el que tendrá el veredicto definitivo.

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