“Me declaro inocente”, dijo Fuertes al programa “El informador” (FM Oíd Mortales). Pero la sentencia es clara al respecto. Respecto de la responsabilidad del “Ñato”, la presidenta del Tribunal, Mariela Rojas, expresa que “cabe preguntarse si, de ser cierto que desconocía la adulteración de las boletas, quién obtenía las mismas a su nombre y en muchos casos, quien obtenía cierta cantidad de las mismas que eran adulteradas y colocadas en distintas rendiciones”.
Rojas también añade que: “valoro que coincidentemente el grueso de las facturas adulteradas correspondían a rendiciones efectuadas en el marco de viajes realizados por el nombrado (Fuertes)”. En la sentencia se acreditó la existencia de innumerables facturas adulteradas provenientes de hoteles, restaurantes, comedores, garajes de distintas ciudades del país por los que transitó el presidente comunal en aquel momento. No sólo adulteradas en los números sino también en las fechas, al punto que se expresa en el fallo “la imposibilidad de reconstruir recorridos geográficos en base a la documentación presentada”.
El “Ñato” también dijo que lo que le pasó fue por “no tener la capacidad suficiente para llevar un contabilidad del municipio”. Pero Rojas, en la sentencia, aseguró que su “pretendida ignorancia” no sirve como justificación porque: “estaríamos aceptando ingenuamente que Fuerte nunca advirtió que se le abonaban sumas mayores que las que rendía o que los comprobantes que se insertaban en las rendiciones le eran sustraídos, pues surge del origen de la documentación que era el quien obtenía la mayoría de las constancias en ocasión de sus viajes”.
Más adelante, indicó que, aún admitiendo sus “limitaciones culturales”, el fallo expresa que el haber accedido a “tan honorable cargo por elección popular, dan cuenta de una persona preparada para el manejo de la cosa pública”.
“Me la comí porque era responsable pero todo el desastre que pasó me lo hizo el contador Saporittis”, agregó el intendente. La presidenta del Tribunal expresó que esa excusa resulta “inaceptable”. “Más todavía cuando Fuerte firmaba juntamente con Saporittis todos y cada uno de los cheques librados por la Municipalidad de Puerto Yerúa”.
“Estoy más entusiasmado que nunca porque quiero demostrarle al señor Maschio y al señor Telayna que el pueblo me quiere y sabe que no le toqué un peso”, expresó. No coincide con la sentencia, porque en ella se señala que “no debe perderse de vista que el peculado es un delito contra la administración pública… el funcionario quebranta la buena marcha patrimonial de la administración mediante la violación de su deber de probidad”. Y también se señala que el delito vulnera “la confianza depositada en el funcionario encargado del manejo de esos bienes”.
Y, si bien expresó que le gustaría volver a ser elegido como presidente comunal de la localidad mencionada, también dijo: “yo no vivo de la política, vivo de mi transporte que hace 40 años que lo tengo. No nací en la política, nací trabajando de camionero. Tengo cuatro camiones y todavía sigo teniendo cuatro camiones así que no me voy a morir de hambre porque no esté en la municipalidad”. Quizás debería concentrarse en el rubro del transporte de carga debido a la inhabilitación perpetua para cargos públicos impuesta por el Tribunal.