Las antenas de telefonía celular y un debate ausente

La ordenanza Nº 31.056, que data de julio de 1999, señala que las estructuras de soportes de antenas, cuya altura sea igual o mayor de 35 mts. (treinta y cinco metros) se deberán emplazar a no menos de 500 mts. (quinientos metros de los límites de la planta urbana establecida por el Código de Ordenamiento Urbano de la Ciudad de Concordia). Además, establece una ecuación para establecer distancias con viviendas en sus proximidades y con la Línea Municipal. Y el peticionante debe presentar un plano de estructura realizado Profesional Matriculado con la visación del Colegio de Profesionales pertinente y la misma de estar convalidada por la Fuerza Aérea, y u estudio de impacto ambiental.
Carlos Varela, secretario de Servicios Públicos, dijo que la municipalidad autorizó a instalar siete torres. “Siempre estamos hablando de la estructura de soporte porque la antena es el aparato que se ve en la cumbre de la torre”, indicó. “Hay algunas que ya fueron instaladas; hay dos que se están instalando en este momento. Una en el Campo del Abasto y otras de menos de 35 metros en la zona de La Bianca.
En realidad, hay más de siete pero las restantes no fueron autorizadas. “Estamos haciendo un relevamiento permanente tratando de determinar quienes han sido las empresas que han sido responsables, quienes son los propietarios que han autorizado ese tipo de antenas”, dijo. Una de ellas está ubicada en el predio que pertenece al Ejército y fue construida hace 3 años.
Varela también puntualizó que la normativa establece distintos parámetros para “el retiro de los ejes medianeros que puede haber en propiedades linderas”. Pero tuvo en cuenta que la ordenanza data de 1999, cuando las únicas estructuras que se conocían eran las torres que llevaban cables tensores. “Se trataba de evitar que esos cables tuvieran un anclaje muy próximo a paredes o a propiedades vecinas”, señaló. Posteriormente aparecieron las antenas del tipo monoposte, “donde sobre una base muy resistente se levanta una antena que no necesita esos cables tensores”.
En consecuencia, la desaparición de los cables tensores conlleva a que no haya necesidad de que las viviendas estén alejadas de la torre. “Siempre estamos hablando de la estructura estática, no de la posible contaminación electromágnetica que pueda tener la antena en su funcionamiento”, precisó Varela.
Hay una torre que fue levantada en la esquina de Concejal Veiga y Rawson. Varela explicó que la estructura tiene la característica de monoposte. Hay viviendas que están a cinco o diez metros de la base. “Tengo entendido que fue instalada anteriormente al dictado de la ordenanza”, indicó.
No es el único caso: “sabemos que fuera de la planta urbana hay antenas y puede haber viviendas en las cercanías pero aquí lo que se pretende es una seguridad en cuanto a la estructura, que pueda haber algún desprendimiento en el basamento”
En el caso de no haber estos cables tensores, las distancias mínimas a los límites de la propiedad pueden variar. Eso no significa infringir el espíritu de la ordenanza. Lo que sí tenemos que tratar es de que ese tipo de torres siempre estén por lo menos a 500 mts. de distancia fuera de la planta urbana
La dirección de Saneamiento Ambiental es la encargada de hacer el estudio de impacto ambiental. Lourdes Gamboa dijo que hay una ley nacional que regula las emisiones que pueden generar el campo electromagnético. Una de las cuestiones que evalúan es la “sumatoria de las antenas”. Esto significa que debe medirse en distintos lugares para determinar si la radiación de alguna antena (de una emisora de frecuencia modulada o de una estación de remisses) se suma a la de la antena de telefonía y exceda el máximo permitido.
«Precisamente lo que se evalúa acá en el estudio de impacto ambiental es la relación antrópica: cual es la incidencia positiva que va a tener positiva o negativa en las viviendas o en el medio donde va a estar instalada», señaló Gamboa. La encargada de Saneamiento Ambiental dejó en claro que «todo impacto genera cosas que hay que minimizar o solucionar».
En ese sentido, precisó que las antenas de telefonía celular «generan radiación con riesgos para la salud y esta sumatoria es lo que va decir si se puede o no porque nos han dicho que la gente de comunicaciones nacional que las antenas que más radiaciones emiten son las de las empresas de remisses que tienen que habilitarse pero pocas están habilitadas».
Por último, indicó que han solicitado en distintos momentos que vengan de la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones) para «hacer mediciones en los edificios donde están habilitadas algunas antenas y en lo lugares donde se ha propuesto instalar. Han venido, tenemos informes que nos han dejado y como hasta ahora no ha habido un impacto negativo y todo ha estado dentro de los valores aceptables no se ha tomado ninguna resolución».

Vivir con incertidumbre

Miriam Bojorque vive en Concejal Veiga, entre Balcarce y Rawson, y el patio de su vivienda linda con la base de la torre. “Al poquito tiempo que colocaron la antena levantaron firmas para que la saquen”
“El contrato dice por diez años pero yo tengo miedo de los días de tormenta porque se mueve mucho y tengo miedo que caiga para mi casa o a la de cualquier vecino. A veces mi marido me llama y me dice ‘mirá como se mueve la antena’”. Hay noches en las que no puede dormir y se la pasa mirando por la ventana como se mueve la antena. “Como si yo pudiera evitar que eso pase mirándola”, dice.
En cuanto a las ondas que emite la antena, Miriam tiene temor. “Dicen que es muy mala, que trae cáncer y muchas enfermedades, tengo miedo yo”, señaló. Uno de sus hijos fue operado el 24 de julio de 2003 de riñon. “Estoy en duda porque algunos médico me dijeron que podría ser la antena y otros me dijeron que era de nacimiento. Si fuese la antena, así como me paso a mí puede pasarle a cualquiera”, expresó.
La vecina espera que se cumplan los diez años de contrato. “Faltan tres todavía para que la saquen pero por ahí firman por otros diez años y queda la antena acá. Yo tengo miedo; quiero que la saquen porque no puede estar en la ciudad, creo que es más para descampado”.
Otra vecina que vive por calle Balcarce, en la misma manzana en que se encuentra la torre, que prefirió mantenerse en el anonimato, dijo que estaba preocupada porque tenía temor a la caída de la antena. “No sé la estructura que tendrá en cuanto a la firmeza de los materiales pero la preocupación esta latente”, señaló. “Cuando sopla mucho el siente se siente un zumbido; a mi no me molesta, lo que da es miedo”, dijo.
“Yo veo el movimiento porque tengo entendido de que todo tramo así con tanta longitud tiene que tener cierto movimiento. Supongo yo que es general, es el temor de todos los vecinos”, expresó.
“Hace seis o siete años se juntaron firmas para que la saquen pero no se en que quedó todo eso. No sé que compromiso hizo la empresa, a nosotros no nos consultaron nada”, sostuvo.

Preocupación en otras ciudades

En enero de 2006, el intendente de Concepción del Uruguay, Marcelo Bisogni, impuso un plazo improrrogable de 30 días para que las empresas de telefonía celular trasladen las antenas instaladas en predios no permitidos. El Ejecutivo refrendó su decisión basándose en una ordenanza que regula la instalación y funcionamiento de las estructuras de soportes y antena. La norma determina las condiciones de radicación de las mismas. Debido a ello, se prohíben las construcciones de viviendas en un radio de protección de 200 metros. La distancia de protección se extiende a los 500 metros en aquellos casos de existencia de lugares de afluencia masiva de personas como escuelas, hospitales, iglesias y demás.
En tanto que en agosto de 2004, el concejal de Paraná, Jorge Maier, presentó un proyecto de resolución para conformar una comisión a fin de elaborar una nueva ordenanza que regule la instalación de antenas celulares. El debate sobre la distribución de antenas de telefonía celular y los efectos nocivos que ejercen los campos electromagnéticos sobre la salud encontró fuerte impulso en la reunión que mantuvieron vecinos de los barrios Kentenich, Lomas del Sur y representantes del Foro Ecologista con ediles y funcionarios municipales.
El edil aseguró que existe un fuerte convencimiento de que la actual legislación es insuficiente para garantizar la salud de la población. En tal sentido, especificó que la norma tiene un perfil arquitectónico pero “no tiene en cuenta los planteos de la Organización Mundial de la Salud sobre las antenas”.
En junio del año pasado, un grupo de vecinos del barrio Aeroclub de Chajarí manifestaron su preocupación por el emplazamiento de una antena de telefonía celular en esa zona de la ciudad, habida cuenta de los supuestos daños que este tipo de instalaciones produce en la salud. La torre donde se colocará la antena perteneciente a la firma CTI se construía en un sector de calles Güemes y 28 de Mayo, en un reducido predio cercano al Aeroclub Chajarí. “Estamos preocupados porque tenemos un montón de información sobre los daños a la salud humana que producen las ondas electromagnéticas que irradian estas antenas”, manifestó Eduardo, un vecino chajaricense.

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