Las advertencias de Agmer cobraron vigencia con la caída de un ventilador de techo

Stegbañer dialogó con la directora del establecimiento, Maria Eugenia Sandri. Además intercambió impresiones con la maestra del alumno. “Fue un hecho desgraciado que pudo haber pasado a mayores”, dijo el secretario general. La escuela está haciendo un informe y va a exigir una revisión de todas las instalaciones eléctricas y los artefactos.
“Hemos hecho muchísimos planteos. En algún momento hemos hecho un planteo en la Dirección de Trabajo en Concordia para que las ART hagan las inspecciones. Volvemos a insistir con este pedido porque sin duda alguna caso como este pueden llegar a ocurrir”, señaló el gremialista.
Ayer, un ventilador en funcionamiento se desprendió del techo y cayó sobre la cabeza de un alumno provocándole una herida en la frente. El chico debió ser trasladado al sanatorio Concordia, donde se le realizaron varios puntos de sutura. Además se le realizaron todos los estudios de rigor incluidos en la cobertura legal que brinda la ART, mediante el seguro escolar, que cubre a la escuela.
Muchas veces en las escuelas intervienen allegados a la institución para realizar trabajos eléctricos o de plomería cuyos trabajos no son verificados por autoridad alguna. “O porque la cooperadora pagó un electricista privado o porque el marido de alguna maestra hizo alguna instalación. Esto no debería ser así”, recalcó.
Para eso existen leyes de profilaxis y seguridad que establecen los procedimientos adecuados. Una de ellas es que las puertas de seguridad deben abrir hacia fuera ante una emergencia y la presencia de matafuegos. “Cosas tan sencillas que hoy no están ocurriendo”, indicó Stegbañer.
Además señaló que la caída del ventilador no es un hecho de riesgo aislado. El viernes pasado, en la escuela “Islas Malvinas” ubicada en La Bianca, estaban suspendidas las clases por problemas con el suministro de agua. “Ahí descubrimos una conexión eléctrica que estaba en forma clandestina en el patio que conecta a la escuela con el nivel Inicial en una forma que ninguna norma de seguridad lo puede avalar. Los cables estaban a flor de tierra donde jugaban los nenitos de nivel inicial”, expresó Stegbañer.
Por último, Stegbañer insistió en que los directivos tienen que realizar un informe dos veces al año y elevarlo a las autoridades denunciado las situaciones de riesgo. “Hay escuelas que tienen playones de cemento con escalones de cemento para hacer actividad física. A cada rato hay problemas de torceduras, quebraduras o de golpes”, indicó.

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