Y estamos hablando de la verdad como instrumento para la defensa del interés general, la pura y simple verdad y también de su vehículo imprescindible, la libertad de prensa.
La democracia por su naturaleza exige que las medidas que adoptan los gobiernos deban ser explicadas y justificadas ante ese amorfo e intangible conglomerado del que formamos parte, al que se denomina con un eufemismo presuntuoso: la opinión pública.
Y entonces comienzan a jugar dos elementos antagónicos, por un lado un antivalor: la retórica vacía de contenidos que emplea cierta dirigencia para provocar que los comunes, o sea nosotros apoyemos sus fechorías y por otro lado el valor excluyente de la sociedad democrática: la Verdad.
Pero para poder disponer de esta herramienta se tienen que presentar dos antecedentes, una ciudadanía protagonista e interesada en la defensa de sus derechos y también actores lúcidos que se preocupen en investigar las cuestiones públicas hasta llegar hasta la substancia primera de las cosas, superando las barreras dialécticas elaboradas con la intención de impedirlo.
Y esto es lo que hace diferente a nuestras entidades que se involucran activamente en la lucha por la defensa de los valores de la defensa de la naturaleza y la vida.
Las organizaciones sociales de Gualeguaychú hemos desarmado una y otra vez las estrategias de engaño diseñadas por dirigencias fariseas que nos presentan como deseables para todos iniciativas que en realidad atentan contra el bien común y solo benefician a minorías mezquinas.
Desde la mal recordada ley de Arroz del Delta Entrerriano SA, que al otro día de ser sancionada en forma unánime por todos los legisladores que supimos elegir tuvo que ser derogada por el Poder Ejecutivo que la propició, porque la nosotros la desnudamos y denunciamos la ambición sin límites por apropiarse de los bienes públicos de sus promotores, hasta los recientes informes presentados por CARU sobre la contaminación de nuestro río y los vertidos de BOTNIA (UPM).
Nuestros estudiosos, que han evidenciado conocer del tema mucho más que los responsables de defendernos, investigaron los informes presentados e inmediatamente descubrieron la malicia con la que habían sido elaborados, utilizando intencionadamente digestos ilegales, unívocamente adoptados por Uruguay con la clara intención de maquillar maliciosamente el daño que nos está haciendo la planta fraybentina.
Una vez más la verdad ha sido nuestra única pero poderosa aliada, la dura verdad, sin maquillaje engañoso.
Por estos días uno de los bloques de la legislatura entrerriana ha presentado un proyecto de ley con la clara intención de amordazar a la prensa precisamente para impedir la difusión de las verdades que exhiben crudamente sus fechorías. Nosotros desde nuestra modesta columna de opinión repudiamos esta iniciativa que apunta a quitarnos esa herramienta que nos es invalorable para defendernos, la difusión de la verdad, una aliada que para nosotros es imprescindible pero para ellos insoportable.