Hilda González, integrante de la Asamblea Ambiental de Concordia, indicó que “acá en Concordia, mirar un arroyo es como mirar un humedal porque todo tiene relación. Los espacios se relacionan. Uno sabe que, en cada bajada, cada pendiente del terreno, se conduce hacia un hilo de agua”.
González dijo que todo lo que se arroja a la superficie terrestre llega a las napas de agua o a los arroyos. Y cualquier persona que tenga un “pequeñísimo poder de observación” se daría cuenta de los espacios públicos donde se emprolija mediante la intervención de una pala y donde mediante un herbicida. “Tenemos información de gente que ha trabajado en los clubes y han recibido permanentemente sobre sus cuerpos y llevándolo a sus casas a los efectos de los plaguicidas. Glifosato decimos nosotros pero son muchos los agrotóxicos”, indicó.
La mujer indicó que los arroyos Ayuí Grande y Chico están contaminados por ese motivo, al igual que el Yuquerí y el Manzores. “Podemos considerar que cada residuo cloacal o domiciliario solido o líquido contienen productos químicos que como lixiviados, llegan al arroyo”, dijo. Y cuestionó que la municipalidad utilice los residuos como relleno de terrenos, tapados por escombros. “Es evidente porque cada vez hay menos ranas en los arroyos, no hay peces. Y cuando crece el pasto donde antes había arena, es porque hay mucha materia orgánica que no debería estar ahí”, reflexionó. De la misma forma, sostuvo que los pescadores que se sitúan en la desembocadura de los arroyos consumen u ofrecen pescados con esa materia orgánica.
“Eso que se ve en Concepción del Uruguay acá se ve también pero no se ha denunciado: hay chicos que nacen enfermos o que están enfermos; la población se enferma y no sabe de qué. Y es debido a estas cosas. Y si es el Estado no invierte, lo termina gastando en salud. Los problemas de salud no se solucionan así nomás”, expresó.
En tanto, Villanova indicó que los humedales son los que retienen el agua proveniente de las grandes lluvias. “Son la recarga o las descargas de las napas, cuando hay sequía. Son las famosas vertientes que se habla”, señaló. “No hay una política de Estado para tener una visión amplia de la situación. En esa visión se deberían haber hecho ordenanzas y normas adecuadas para la protección de humedales y arroyos”, indicó.
Villanova sostuvo que el arroyo Yuquerí es un curso de agua que no nace en Concordia sino mucho más al oeste, cerca de Los Charrúas, una zona agrícola. “Ese arroyo va colectando todas las aguas, los pequeños hilos de agua de los arroyos y humedales, que están contaminados con glifosato y los agrotóxicos que se utilizan para la agricultura industrial que hay ahora”, dijo.
Además, cerca de Litoral Citrus, hay denuncias sobre la contaminación de la fábrica sobre el curso de agua y videos que muestran “de qué modo está invadido por el hombre en cuanto a la contaminación. Los pescadores de la zona imploran que no siga avanzando porque es su medio de vida”.
En consecuencia, se trata de arroyo que paulatinamente va perdiendo la vida. “Se va pudriendo y el agua podrida avanza hacia el río Uruguay. El Uruguay está en un estado calamitoso. Se está denunciando hasta en Gualeguaychú el verdín. Es una situación que no se puede ignorar, pero no se toman las medidas como realmente las están pidiendo en Concepción del Uruguay”, dijo.
“Lo que no tomamos consciencia es que el agua es la vida. Cuando abro la canilla, estoy accediendo a la vida. Y en esa sucesión de la vida están las plantas y los animales. Y todo ese espectro no lo tenemos en cuenta. Y es muy preocupante”, reflexionó Villanova. La reflexión la extendió hacia la dirigencia política, por no tomar medidas al respecto, y los empresarios, por justificar la contaminación bajo el argumento de que brindan mano de obra.
“Parece preferible cerrar los ojos; cerrar los oídos en vez de abrirlos y ponernos en marcha para resolver los problemas. Hoy se están planteando leyes permisivas para que continúe con este sistema de agricultura que no es agricultura, son agronegocios, porque es completamente industrializada”, señaló.