Para Amore, el debate se desarrolló con bastante celeridad, fue muy ordenado y se produjo gran cantidad de pruebas. Por todo eso, consideró que la sentencia: “va a estar cerca de lo que nosotros requerimos”.
La querella pidió que se aplique la figura de la desaparición forzada y subsidiariamente el máximo de la pena “atento a que se trata de dos delitos: uno por cada uno de los mellizos”. Amore entiende que por la suma de ambos delitos se debe aplicar la pena máxima: 25 años de cárcel.
“Nosotros pedimos cárcel común”, explicó luego. Cinco de los cuatro integrantes de la patota están condenados por la causa “Guerrieri” que se tramitó en Rosario. “Algunos se encuentran en Marcos Paz y otros están con prisión domiciliaria. Nosotros pedimos cárcel común y aquellos que tiene prisión domiciliaria como Guerrieri que se le revierta esa situación y que cumpla la pena en una prisión”, expresó.
Hoy la fiscalía y la querella tuvieron la oportunidad de ejercer el derecho a réplica luego de escuchar los alegatos de la defensa. “Nosotros hoy replicamos algunas cuestiones que tenían que ver con la prescripción de la acción penal que plantearon los defensores”, indicó la letrada.
En tal sentido, la fiscalía y la querella fundamentaron la imprescriptibilidad de los delitos que se están juzgando porque son de “lesa humanidad”. “El paso del tiempo no los afecta. Nosotros entendíamos que eso estaba más que claro pero fue algo que la defensa planteó por lo cual nosotros tuvimos que argumentar”, indicó Amore.
Los integrantes del grupo de tareas de Rosario hicieron uso de la palabra. “Manifestaron lo mismo que vienen manifestando cada vez que tienen uso de la palabra. Siempre se han posicionado en un lugar de víctima: ‘yo no hice nada y lo que hice lo hice porque era una situación de guerra’. Cuestiones que la verdad es que hemos escuchado muchas veces en este debate y no son nada agradables”, resaltó.
Respecto del pedido de absolución, o en su defecto de su juzgamiento como partícipe secundario” que planteó el defensor del médico Juan Antonio Zaccaría, basada en una participación “accidental” o “casual” de su defendido en la causa, la abogada reiteró lo argumentado en los alegatos. “Toda la prueba que se produjo desde el 2005 en la instrucción y en el debate dejaron claramente demostrada la participación necesaria y el aporte imprescindible de Zaccaría para la comisión de los delitos”, dijo.
Para la querella, el médico fue “partícipe necesario”. “El realizó aportes sin los cuales el delito no se hubiera podido cometer”, señaló. En esa línea, dijo que era el jefe de terapia intensiva del nosocomio castrense donde fueron alojados los dos mellizos, hijos de la militante desparecida Raquel Negro. “Ingresaron como NN, de ahí decidieron sacarlos de ese lugar sin anoticiar a ninguno de los familiares, ni a la madre, ni a los abuelos, ni a nadie y desde ahí no conocemos el paradero del niño”, expresó.