BREVE HISTORIAL
En 2011, cuando la causa por la tentativa de homicidio contra Carlos Salva (35) llegó a juicio, Mara Nicules tenía solo 17 años, y estuvo internada durante seis meses en el hospital Masvernat. Los jueces fueron hasta su habitación para tomarle testimonio, y la joven, que hacía semanas había detallado cómo su pareja la roció con nafta y luego la prendió fuego estando ella embarazada, se retractó, dijo que Salva era un buen hombre y que eso había sido un accidente. El fiscal de la causa desistió de la acusación al ser el testimonio de la chica la prueba clave del caso.
En una nota concedida a DIAIROJUNIO en diciembre del año pasado, la madre de la joven Rita Carmen Gómez, relató la parte de la historia que ni la justicia ni la opinión pública conocen hasta hoy y que es sólo un 10% de las calamitosas falencias del sistema, que atentan directamente contra las victimas, y que se descansan en la mayor parte de los casos, en la ignorancia y la falta de responsabilidad de los operadores sociales en todas las esferas.
“Cuando él la prendió fuego a ella (2011), estuvo seis meses internada en el hospital y ellos volvieron porque por medio de un pastor evangélico, que iba al penal y después la visitaba en el hospital, le pasó el teléfono para que hablaran; Entonces ahí él (por Salva) le decía que había cambiado, que no la iba a lastimar más, que iba a ser un excelente hombre. Él le hizo muchas promesas, que le iba a dar el cielo y la tierra, y mi hija se las creyó todas”.
Éste dato aportado por la madre de la victima, demuestra cómo utilizando la mediación de los pastores evangélicos, el agresor burló la incomunicación que pesaba sobre él para interferir con la investigación, al coaccionar a su victima, prometiéndole un cambio de actitud hacia ella.
Salva fue absuelto por falta de mérito y volvió a convivir con su victima. La joven volvió a quedar embarazada y al como tiempo comenzaron nuevamente los maltratos, que comenzaron a agravarse cada vez más hasta devenir en un verdadero absolutismo intrafamiliar.
CUANDO EL CASO SALIÓ A LA LUZ
Después de dos meses de que la madre de Marta hiciera la denuncia en la comisaría y fuera a pelearse con las secretarias del juzgado de familia, incluso después que fuera a hablar con el Copnaf, recién el 23 de octubre el caso llegó a manos de un fiscal ordinario del fuero penal, se trataba del mismo fiscal que había litigado el caso anterior en el que Mara fue victima de su pareja. “Fue suerte” dijo Gómez, “Dios me lo puso a Lafourcade, porque mire que me tuve que pelear con gente en tribunales y nadie me dio pelota”
Apenas el fiscal tomó el caso Salva fue imputado por privación ilegitima de la libertad, lesiones y amenazas calificadas y se ordenó su detención. Cuando la policía fue a detenerlo Nicules y sus hijos estaban en la vivienda. Fue ahí recién cuando la joven pudo ir a tribunales.
Pero el caso no llegó a manos del fiscal por los insistentes reclamos de la madre de Mara, ni por la denuncia en la comisaría, ni ante el COPNAF, sino porque, en un acto sumamente arriesgado y desesperado, la joven de 20 años se animó a escribir a las maestras de su hija, en el cuaderno de comunicaciones de la menor, pidiendo ayuda. El texto fue leído por las docentes el miércoles 23 de octubre y al día siguiente formularon la denuncia a primera hora. “es mismo día a las tres de la tarde me llamó el fiscal que viniera a tribunales a buscar a mis nietos y a mi hija” aseguró.