La respuesta de Axel Kicillof a los policías bonaerenses

Antes de las tres de la mañana quedaban unas diez personas desperdigadas frente a la Casa de Gobierno en La Plata, donde estaba reunido Axel Kicillof con sus principales colaboradores. Pero unas horas antes, unos 50 manifestantes, respaldados por algunos patrulleros, habían llevado hasta allí el reclamo de los policías bonaerenses por aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo. En el curso del día y, sobre todo a la caída del sol, se habían acumulado protestas en contados puntos del conurbano y varias ciudades del interior de la provincia.

Dos horas después, se conoció la primera respuesta oficial: “En relación a los hechos de público conocimiento que tuvieron lugar durante el día de ayer, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires comunica que, tal como anticipara el Gobernador el último viernes, durante la presente semana se realizará la presentación del Plan integral de Seguridad. En ese contexto, se conocerán diversas mejoras en las condiciones de trabajo y en los haberes, contempladas en dicho Plan, para todos los efectivos de la Policía provincial.”

En el mismo comunicado, el Gobierno provincial destaca que “durante la pandemia, la Policía de la Provincia de Buenos Aires ha desplegado una invalorable tarea y trabajado incansablemente para cuidar a las y los bonaerenses”, y en ese sentido “reconocemos y valoramos el esfuerzo realizado como trabajadores y trabajadoras esenciales”.

Las protestas

A pesar de que son muchos los que se adjudican ante los medios la organización del reclamo, en general policías retirados o exonerados, la convocatoria surgió durante el fin de semana a través de las redes sociales. Como ya es habitual en las fuerzas de seguridad, el protagonismo muchas veces se traslada a las familias de los uniformados, en especial sus esposas, o a ex policías que asumen públicamente las reivindicaciones y a veces aprovechan para contrabandear las propias.

Esta vez, volvió a aparecer el autodenominado Sindicato de Policías Bonaerenses (SIPOBA), con su propio listado de reivindicaciones, que siempre se hace notar mediáticamente en los conflictos, aunque nadie pudo comprobar la real medida de su capacidad de representación. En la práctica, las autoridades policiales la consideran casi nula.

Los efectos se hicieron sentir sobre todo en Almirante Brown, Varela y Berazategui en el Conurbano, y en ciudades como La Plata, Olavarría, Junín, Bahía Blanca y Mar del Plata en el interior. Salvo en Adrogué, donde se reunió una cantidad apreciable de “familias policiales”, en la mayoría de las protestas fue limitado el número de participantes, que adquirió mayor visibilidad con los “desfiles” de patrulleros haciendo sonar sus bocinas y sirenas.

En el Gobierno provincial tomaron nota de que la actividad fue apenas afectada, ya que se mantenía la atención en casi todas las comisarías.

 

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