Tal como trascendió en la reunión de gabinete realizada el martes pasado, el proyecto, que se ejecutará a través de la Secretaría de Obras Públicas, se pondrá en marcha durante este año. La obra para remodelar el Mercado de Pulgas consta de la construcción de 92 locales, y fueron incluidos en el proyecto sanitario para el público y los trabajadores del Mercado. También habrá rampas y otras alternativas para mejorar la accesibilidad para discapacitados.
Según la información oficial, se construirán nuevas veredas perimetrales con canteros para flores. Hacia la calle se construirán vidrieras fijas y el predio contará con dos puertas de salida de emergencias: una por calle Entre Ríos y otra por Quintana. La puerta principal de ingreso permanecerá en la esquina. El material a utilizar en los nuevos locales será: estructura de hierro con paneles de MDF y puertas ventanas de PVC, acordes a las medidas de seguridad exigidas.
Mabel Barrios, la subsecretaria de Gobierno, informó que la municipalidad ya comenzó con la serie de reuniones semanales previas al inicio de obra, para coordinar las acciones a seguir. En el último encuentro, la semana pasada, se presentó el proyecto formal y se cotejó la posible fecha de inicio y los plazos de trabajo.
Un punto importante que el municipio destacó es que se exigirá la regularización de titulares de los puestos, como condición antes de que empiece la obra y también el traslado y desarme de los puestos antes del inicio de los trabajos de construcción.
Por su parte, desde la Asociación Mercado de Pulgas, dijeron que están agradecidos a la intendencia por “el esfuerzo que se va a realizar”. Uno de los puesteros señaló: “hace 20 años que venimos trabajando de manera muy precaria. El Mercado surgió como respuesta a las consecuencias de políticas de otra época, pero esta obra finalmente nos dará el marco de seguridad que necesitamos”, agregó.
Desde la segunda gestión del ex intendente Juan Carlos Cresto que en la municipalidad ronda la idea de cambiar el paupérrimo aspecto que proyectan los puestos de chapa y madera ubicados en la esquina céntrica. En un principio se barajó la posibilidad de trasladar el mercado pero los puesteros se oponen rotundamente a la idea. Luego la línea que se siguió fue la de modernizar el lugar pero, no obstante, desde ese entonces y más allá de periódicas declaraciones, nunca se avanzó. Y el tema no pierde actualidad debido a la invasión de la calle de los puesteros, reflejo inequívoco de la precariedad con la que funciona el mercado.
