En primer lugar, Cicognini dejó claro que la responsabilidad pasa por el Consejo Asesor de Protección del Patrimonio de Concordia. El Concejo tiene distintas comisiones que deben ocuparse de diversas áreas: Arqueología, sitios y documentos históricos, aspectos artísticos culturales, arquitectura y Planeamiento Urbano, aspectos Jurídicos y comerciales, paisaje, territorio y medio ambiente
El responsable de Cultura señaló que no comparte la ordenanza porque avanzan sobre arqueología, antropología, fotografía, plástica. “Tiene una pequeña contradicción con las leyes nacionales y provinciales porque el tema patrimonio en lo que hace a Arqueología y Palentología es propiedad de la provincia”, explicó.
El Consejo Asesor del Patrimonio no depende de la municipalidad sino que “integra a personalidades que se consideran relevantes en el tema patrimonio”, expresó. Agrupa a quienes son designados por el Colegio de Arquitectos, del Colegio de Ingenieros y por personas dedicadas al estudio y/o rescate histórico, arquitectónico, arqueológico y cultural de la ciudad. La municipalidad designó al arquitecto Carlos Castría.
Cicognini recordó que en 1985 se realizó un relevamiento patrimonial de la ciudad que permitió “salvar al Odeón”. “Sino se hubiera vendido para alguna otra actividad. Había un supermercado que quería comprar y una iglesia de los pastores o adventistas o protestantes que quería comprarla”, señaló. Incluso, indicó que había una ley nacional que les permitió defender el teatro. “Con ese decreto se impidió que se destruya el Odeón”, recordó.
No obstante, admitió que otros edificios “no se pudieron salvar”. En un fascículo realizado en 1986, los hermanos arquitectos Marcó (uno fallecido y el otro radicado en Paraná) realizaron un relevamiento de los edificios más importantes de Concordia basados en su valor arquitectónico.
Entre ellos se encuentra el Palacio Arruabarrena. “En varias gestiones se intentó restaurar completamente el Palacio; se iniciaron algunas obras, algunas tareas pero nunca se pudo concretar”, dijo Cicognini. En la actualidad, la municipalidad espera de la Nación el dinero del Fondo de Reparación Histórica para financiar algunos proyectos. Entre ellos, la restauración del Palacio Arruabarrena calculada en $ 1.500.000. Siete veces y media el presupuesto de Cultura. “Es impensable hacerlo desde el municipio”, expresó. La municipalidad aportará otros $ 200.000 para el mobiliario.
Cicognini sostuvo que la falta de fondos para sostener el patrimonio no es únicamente problema de Concordia. “El Palacio San José, monumento nacional, hace muy poco tiempo a fines de la década del 90 se pudo restaurar”, indicó. Incluso, mencionó que el teatro 3 de Febrero, ubicado en Paraná, recién en 1994 durante la Convención Reformadora de la Constitución Nacional se restauró con aportes del Tesoro nacional. “Si no la municipalidad de Paraná no contaba con presupuesto para mantenerlo”, añadió.
“Lo que los municipios hacemos es ir mitigando los signos de deterioro que van presentando los edificios y tratar de mitigar las falencias. Estamos evitando que se sigan deteriorando”, explicó el responsable de Cultura. “Son inversiones que siempre son pocas y nunca alcanza”, agregó.
Por ejemplo, en este momento se está pintando una parte de la Estación Central de Trenes. Cicognini aseguró que con motivo de realizase un campeonato de ajedrez con participantes Corrientes y de Uruguay el estado de la Estación era “deprimente”. “Teníamos una pequeña reserva de materiales más otros que compramos y logramos poner una cuadrilla para que el acceso esté en condiciones. Vamos a ver como después seguimos”, indicó.
El año pasado se había realizado un cotejo de precios para arreglar los baños y pintarlos en su totalidad. “Hasta ahora no hemos logrado sacarlo”, admitió. La reparación y pintura de un solo baño costaba entre $ 18.000 y $ 20.000. “Pero siempre hay otras necesidades que se presentan con mayor urgencia, sobretodo el año pasado con la crisis del campo que nos afectó fuertemente”, indicó Cicognini. Debido a la demanda de los sectores más carenciados, entre ellos los subsidios otorgados a los arandaneros, Salud y Bienestar Social debió ocupar partidas destinadas al mantenimiento de edificios que habían sido asignadas a Obras Públicas.
“Este año la crisis internacional hace que tengamos que reducir los gastos de funcionamiento en un 20 %. Esto es 20 % menos de gasoil; 20 % menos de electricidad; 20 % menos de gastos de consumo”, etc.
Partiendo de la hipótesis sumamente improbable de que Cultura tuviese un aumento de partida de $ 2.000.000, Cicognini considera que utilizaría el dinero con una premisa: “lo primero que se debe hacer es que lo que uno está usando esté en las máximas condiciones”.
En ese sentido, apuntó a la ex estación Norte. “Hay que invertir ahí. Para que eso quede en condiciones. Con blindex como hizo Rosario que tiene el museo de la Memoria en la estación de trenes con blindex, con aire acondicionado. Es un lugar hermoso como quedó”, ejemplificó.
“No solamente hay que rescatar un edificio. Generalmente la sociedad dice como con el Palacio Arruabarrena: ‘es un crimen perder eso’”. Pero razonó que no se puede poner en valor un edificio si después “no tenés presupuesto para que el edificio viva”. “Eso nos pasa siempre con los arquitectos que quieren salvar un edificio. ¿Y para qué? ‘Para hacer un centro cultural’ pero, ¿y como lo mantenemos?”, se preguntó Cicognini. “Pensá que hay que limpiar, pagar la luz: pagar los costos operativos y hay que tener presupuesto para darle vida”, añadió.
Por ejemplo de lugares sin vida, mencionó el anfiteatro del parque Rivadavia. “¿Cómo lo mantenemos?”. “El que está en medio del parque Urquiza de Paraná tampoco tiene actividad porque la municipalidad tampoco tiene presupuesto para darle vida. Y darle vida es hacer una actividad todas las semanas. Y Paraná no tiene presupuesto”, señaló.
“Al no usar la estructura todas las semanas se te va deteriorando no solo por el vandalismo, los robos sino también por el paso del tiempo y el clima. A veces es absurdo invertir sino tenés presupuesto para mantenerlo vivo”, indicó Cicognini.
Un monumento que pasó por el costado de la comisión
Además de la Consejo Asesor del Patrimonio, otro ente se ocupa de una parte importante del patrimonio cultural. Por ordenanza fue creada en 2003 la “Comisión permanente para la evaluación e implementación de proyectos de emplazamiento de obras de arte y monumentos en los espacios públicos del ejido de la ciudad de Concordia”.
Entre otras funciones debe: analizar, evaluar y recomendar al Ejecutivo respecto de las obras a localizar, los sitios de su emplazamiento y la implementación de las iniciativas que se propongan; considerar, evaluar y recomendar la aceptación y el destino de las donaciones de particulares, instituciones públicas, privadas y/u otros organismos; organizar, reglamentar e implementar concursos y/u otros medios de selección de las obras que se destinarán a los espacios públicos.
“Esa comisión no intervino en lo más mínimo cuando se hizo el mural de la ex estación Norte. ‘Calucho’ lo hizo sin consultar a nadie”, dijo Cicognini. La ex estación Norte, además del mural “La Historia de Concordia” que obstruye la visión a quienes vienen en dirección a San Lorenzo por “Gobernador Cresto” ya tenía otra obra dejada para la posteridad por la primera intendencia de Juan Carlos Cresto. “Los Hombres y Mujeres del Siglo XX”. Éste no necesitó el visto bueno de la comisión porque recién fue creada 4 años más tarde. El otro no lo tuvo pero es lo de menos. Ya fue construido.