Según informó la policía, el sospechoso ya sería conocido en el ambiente de los delitos intelectuales, y la cantidad de prueba incautada en su domicilio implica necesariamente un importante numero de damnificados que hasta ahora no han denunciado la estafa, entre otras cosas, se estima que porque son en su totalidad de otras provincias. La modalidad con la que operaba este estafador, es similar a la que utilizaba la banda desbaratada el año pasado tras una cinematográfica fuga, que acabó con cuatro detenidos y un comerciante local, que fuera señalado pro el Fiscal Anibal Lafourcade como el cráneo de la organización, con arresto domiciliario.
El contacto es telefónico, con chips descartables que se venden en los kioscos por $7, o por cuentas de correo electrónicos creadas con datos falsos. Se negocia el precio con interés para dar confianza al vendedor, y luego se envía por e-mail una imagen escaneada y modificada de un recibo de depósito del banco, que los estafadores rellenan con los datos de la cuenta del vendedor y el monto convenido, en un software de adición de fotografía. El vendedor envía la mercancía y es retirada de la casa de encomiendas, antes que el damnificado compruebe que no existen los depósitos.
Ahora la Fiscalía y la policía trabajan contrarreloj para determinar quienes son los demás integrantes de la banda.
