La Provincia avanza en la planificación de un modelo de desarrollo sustentable

En una reunión de trabajo que se realizó ayer entre los secretarios de Planeamiento e Infraestructura, Guillermo Federik, y de Medio Ambiente, Fernando Raffo, se acordaron algunas gestiones para la puesta en marcha del diagnóstico ambiental de Entre Ríos que será financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI).
El proyecto busca lograr un diagnóstico exhaustivo e inventario completo del estado actual de los recursos naturales de la provincia y su utilización. De esta manera, se podrá brindar un esquema múltiple de alternativas viables que posibiliten armonizar el desarrollo económico y social de la provincia con la mejor conservación y preservación de los recursos naturales disponibles.
Para la elaboración de esta diagnóstico se definieron dos áreas operativas- administrativas: el área del río Uruguay, del río Gualeguay hacia el este; y el área del río Paraná, desde el río Gualeguay hacia el oeste.
Los motivos de esta división por áreas son que en Entre Ríos los procesos de arraigo poblacional se han producido como consecuencia de la interacción con los recursos naturales y la abundancia de los mismos, en particular con la disponibilidad de agua dulce. Esto definió la distribución espacial de los grandes centros poblados en cercanías de los dos grandes ríos, el Paraná y el Uruguay. Además, el desarrollo de las actividades productivas ha seguido un patrón similar en la provincia de distribución y ocupación espacial. Es importante considerar también la inserción de la provincia desde la óptica regional, es decir, por su impacto creciente en los procesos de desarrollo y sus lógicas consecuencias ambientales.
“El dinamismo de las actividades humanas vuelve urgente hacer un análisis integral que nos permita fijar recomendaciones sobre la adopción de prácticas de desarrollo, utilización y conservación de los recursos naturales”, expresó el secretario de Medio Ambiente.
En este sentido, presentó como ejemplo el incremento de las hectáreas agrícolas, de poco más de 500.000 en la década del ‘80, a más de dos millones estimadas para 2010, y la consecuente retracción de la importancia relativa de la ganadería bovina, cuya participación en el Producto Bruto Agrícola (PBA) pasó de 47,5 por ciento en 1985 a 17,7 por ciento en 2006, siendo desplazada al tercer lugar, después de la agricultura y la avicultura.
“Estos cambios motorizan la aparición de nuevos y diversos conflictos ambientales, como resultado del emergente desacople de las políticas públicas y sus consecuentes externalidades ambientales negativas”, explicó el funcionario al tiempo que mencionó la creciente demanda de la sociedad en materia socio ambiental. “Estas demandas exigen al Estado que desarrolle estrategias de intervención y promoción del cuidado y preservación del medio ambiente compatibles con el uso racional de los recursos naturales”, consideró Raffo.
Este diagnóstico permitirá incorporar en las áreas productivas, industriales, agrícolas, de servicios y turismo la decisión del establecimiento de criterios de sustentabilidad, tomando como base la puesta en vigencia concreta de la legislación existente en la materia, y el diseño de nuevos instrumentos para el logro de este objetivo.

Entradas relacionadas