La protesta por la muerte de Brian en la comisaría 38 terminó con serios incidentes

Brian Fernando Aguinaco, el chico de 14 años baleado el sábado por "motochorros" en el barrio porteño de Flores, murió este lunes en el Hospital de niños Ricardo Gutiérrez, donde se encontraba internado con muerte cerebral. Horas más tarde vecinos se manifestraron en la comisaria 38 y un grupo de ellos provoco destrozos.

Los incidentes se reiteraron a la medianoche y generaron que los efectivos arrojaran gases lacrimógenos.

El Ministerio de Justicia y seguridad porteño armo un comité de crisis para darles respuestas a los vecinos y organizar una tarea en conjunto para combatir el delito, además de lograr que se bajan calmando los ánimos.

Los vecinos acompañaron la protesta con una "sentada" y una asamblea popular, al tiempo que convocaron para este martes a las 19:00 una nueva marcha en esa dependencia policial.

La convocatoria la hicieron los manifestantes en la puerta de la misma seccional al grito de "se siente, se siente, Brian está presente".

Posteriormente, los familiares del joven asesinado pidieron "por favor a los vecinos que se retiren de la comisaría" para evitar más incidentes.

Sin embargo, un grupo que permaneció en la zona volvió a protagonizar nuevos incidentes al arrojar piedras al tiempo que intentaban entrar nuevamente a la seccional, por lo que los efectivos policiales  evitaron arrojando gas lacrimógeno.

Debido a los gases arrojados, muchas personas, incluidos periodistas y camarógrafos, resultaron afectados por los efectos de esos objetos.

El menor había sido internado en primer término en el hospital Piñeiro, donde fue operado a raíz de las gravísimas heridas por un balazo, y luego fue derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde permanecía en gravísimo estado

Este mediodía se decidió desconectar al menor del respirador artificial ya que medicamente no había nada que hacer por su vida.

El hecho ocurrió este sábado por la tarde cuando dos motochorros le robaron la mochila a una mujer que estaba en la vereda, en el cruce de las calles Asamblea y Robertson.

En ese momento pasaron en auto un abuelo con su nieto, quienes iban a cortarse el pelo antes de la Navidad, pero los ladrones pensaron que lo estaban persiguiendo y les dispararon.

Las versiones sobre el contexto de los disparos no son coincidentes, porque algunas señalan que el sexagenario intentó detener a los motochorros y encerrarlos con su auto.

Una de las balas impactó en la cabeza del chico de 14 años, quien iba en el asiento del acompañante en el Renault 19 de su abuelo Enrique, de 69.

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