El escenario elegido pareció a propósito: el festejo por el Día de la Industria fue organizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). No estaban los principales dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) ni mucho menos los directivos que integran la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Sucede que, tras la foto entre las cúpulas de ambas entidades, la relación con el Gobierno se desgastó y la Presidenta no dudó en facturarle a uno de los directivos de la UIA, y en su nombre a todos sus pares, por haber posado junto a los hombres fuertes de AEA y reclamar “seguridad jurídica”.
El directivo que pagó los platos rotos fue Jorge Sorabilla, quien reviste como director de la textil TN Platex y como tesorero de la central fabril.
Ante setecientos asociados a la CAME, la Presidenta recordó que, con motivo de la gira por China, y ante los rumores sobre las negociaciones para destrabar el conflicto con ese país por el aceite de soja que incluían unas supuestas concesiones para liberar la importación de los textiles chinos, Sorabilla imploraba por protección a la industria nacional.
“Recuerdo que corría atrás de Débora pidiéndole que por favor –textual–, y lo voy a decir porque yo creo que en la Argentina hay que empezar a hablar con mucha sinceridad: ‘por favor Débora no nos entregue’”, aseveró la Presidenta, quien dijo no querer quedar como una “buchona” al aclarar el nombre y el apellido del ejecutivo en cuestión.
El relato de Fernández no terminó allí. En ese momento, aprovechó para cuestionar la foto entre los quince directivos de la UIA y sus pares de la AEA, consigna Bae.
“Después veo a esta misma persona en una foto en un diario, junto a otros importantes empresarios, que también sus industrias reciben, no protección sino administración del comercio para defender trabajo nacional y empresa nacional, con fuertes críticas al Gobierno por la seguridad jurídica y no sé qué otra cosa”, sostuvo. La respuesta tardó en llegar pero el Gobierno terminó facturando esa foto y los reclamos.
En su momento, tras conocerse la foto en las portadas de los matutinos, el Gobierno se había limitado a exponer cada uno de los proyectos de inversión de los empresarios que participaron de esa foto, que contaron con el financiamiento aportado por la Casa Rosada.
Unos minutos antes, quien hacía las veces de anfitrión, el titular de la CAME, Osvaldo Cornide, había señalado que lo que estaba en juego eran los intereses.
“No es un problema solamente de intereses, creo que también hay mucha hipocresía en algunos sectores”, sostuvo la Presidenta, y pasó a relevar los datos sectoriales desde 2003 a la fecha. (Ver aparte.)
De esta manera, el Gobierno redobla la apuesta contra el empresariado justo en medio de cruces por la suspensión del acto de la UIA en Entre Ríos, los entredichos durante el Council of the Americas y la ausencia de los directivos de la entidad industrial en el acto de Papel Prensa.
Para medir la temperatura de las relaciones entre los empresarios y el Gobierno habrá que esperar hasta el 18 y 19 de noviembre próximos, cuando la UIA organice una nueva edición de la tradicional conferencia industrial en Costa Salguero, donde la Presidenta fue invitada a cerrar la actividad.
En esa línea, la Presidenta, sobre el final y antes de despedirse, dejó una puerta abierta y los saludó a los directivos vinculados a la industria que estaban ausentes con motivo de su día. “Muchas gracias y feliz Día de la Industria a todos los señores empresarios y empresarias que hoy nos acompañan, y a los que no nos acompañan también, muchas felicitaciones a todos”, sostuvo.