En la comisión correspondiente, los ediles elaboraron un despacho sobre el proyecto de ordenanza de presupuesto 2009. Según Lovatto, la única modificación que se realizó al proyecto original fue un la inclusión de un aumento del 20 % de los sueldos de los empleados municipales que sería exigible a partir del 1º de enero. El dictamen fue firmando por todos los concejales (cinco del PJ y cuatro de la UCR) menos la titular del bloque.
Al otro día, los ediles le manifestaron a Lovatto que no estaban de acuerdo con lo que habían resuelto y manifestaron que tenían intención de realizar otras reformas. En consecuencia, acordaron siete u ocho y entre ellas, la inclusión de un ítem referido a los gastos de representación de $ 2000. Un concejal en la actualidad gana $ 2165 y pretendían $ 2165 en concepto de gastos de representación. En total, cerca de $ 4330. “La dieta la dejaban como estaba pero incorporaban $ 2000 cada uno de gastos de representación sin rendición de cuentas”, explicó.
Sin embargo, la estrategia para aprobar los gastos en silencio naufragó. El día de la sesión extraordinaria, el viernes de la semana pasada, sólo se trató la modificación del aumento de los obreros municipales. Los ediles debían incorporar los cambios que habían consensuado, entre ellos los $ 2000 de gastos de representación, pero a pesar de que todos tomaron la palabra, “ninguno incorpora todas esas modificaciones”, dijo Lovatto.
Sólo uno de ellos acotó, al momento de levantar las manos, que aprobaban el dictamen “con la modificación”. Pero la presidenta del Concejo aclaró que la única incorporada es la del aumento de los empleados. “En ningún momento, ningún concejal manifestó verbalmente ni por escrito las nuevas modificaciones que ellos pretendían hacer”, dijo Lovatto.
Al terminar la sesión, la titular del cuerpo les explicó lo que había sucedido y un concejal rompió el proyecto aprobado. “Tenés razón, esto hay que cambiar”, le dijo a Lovatto. Enseguida, todos se reúnen en la secretaría del Concejo y elaboran un nuevo dictamen similar al anterior pero con el agregado de un párrafo donde se anexan planillas con “otras modificaciones”.
En consecuencia Lovatto les manifestó que no estaba de acuerdo y que no lo iba a firmar para elevarlo al Ejecutivo. Según indicó, los ediles le respondieron que ese era el dictamen válido mientras que el otro “no existe, quien va a saber, etc.”. Luego optó por asesorarse con tres abogados (entre ellos un juez) quienes les explicaron que lo único aprobado es el dictamen original con el incremento de los sueldos municipales. En todo caso, si insisten los ediles “tendrán que solicitar una sesión ordinaria y hacer las modificaciones que no hicieron en su momento”.
En ese caso, Lovatto sostuvo que si piden una sesión extraordinaria y obtienen la mayoría: “no me queda otra que aceptarlo”. Incluso, manifestó que: “acá no se trata que uno no esté de acuerdo con la cuestión de fondo sino con la forma”. Por ello sostuvo que “las sesiones justamente existen para darle legitimidad a los actos que los concejales resuelven en las comisiones”.
Asimismo, sostuvo que si se liquidasen los $ 2000 de gastos de representación podría ser denunciada “por convalidar algo que no sucedió”. Lovatto que tiene a todo el cuerpo deliberativo “en su contra” por no haber alterado el dictamen.