Los productores ocupan casi 800 hectáreas, cada uno de ellos trabaja en promedio unas veinte hectáreas de monte, y tienen en total unas mil cabezas de ganado. Además, algunos chanchos, gallinas y también unas pequeñas huertas. Tienen sus puestos en campos que rodean a la ciudad de Santa Elena, apenas una parte de la gran cantidad de tierras que tuvo en su momento la firma, cuando era propiedad de la afamada empresa inglesa “Bovril”.
BREVE HISTORIADE ESOS PRODUCTORES
Se trata de pastajeros que obtuvieron la tierra en arriendo por parte del propio gobierno de Entre Ríos, en la década del ’90, cuando fueron echados del frigorífico Santa Elena y cobraron parte de sus indemnizaciones con el derecho a usar esas tierras. Ahora, en lugar de colonizar esos campos y dar lugar a una política de inclusión de los pequeños productores, se está queriendo concretar una maniobra de venta de tierras –con la gente adentro- a una firma privada Tres Arroyos, que firmó un contrato con la provincia de Entre Ríos, para pagar menos de $ 1500 la hectárea, en un plazo de diez años, y puso como condición que se eche a los pastajeros”, afirmó Omar Príncipe, secretario gremial de Federación Agraria Argentina.
EX OBREROS QUE RECUERDAN
El periodista Rodrigo Miró describe algunos relatos de ex obreros de la carne y de ese frigorífico privatizado por Carlos Menem en tiempos en que gobernaba la provincia Mario Moine primero y Jorge Busti después.
“Vino Menem acá a Santa Elena esa vez, el 14 de marzo, y anunció con bombos y platillos que la empresa pasaba a manos privadas. Dijo en el acto que se hizo en el playón de la fábrica que no iban a alcanzar los brazos de tanto trabajo que iba a generar la nueva propiedad de la firma, que eran los hermanos Constantini. Tres días después, llegaban los primeros 633 telegramas de despido. Y en menos de dos años, estábamos todos en la calle”, relata Daniel Bordón, obrero del frigorífico durante varias décadas, hasta que cerró. Tiene hoy unos 70 años. Y desde que fue despedido se reconvirtió como productor ganadero, como varios de sus compañeros. “Compré unas vacas con la indemnización, como varios compañeros. Empezamos a criar ganado en la zona del Quebracho, a unos 10 kilómetros del pueblo, en campos que originalmente eran del frigorífico, y ya después eran tierras fiscales. En su momento, el gobierno de Entre Ríos nos hizo un contrato de arriendo, que hoy desconoce, a pesar que tenemos los recibos que le pagábamos al banco BERSA”, explica otro de los pastajeros, Angel Mestida, más conocido por acá como “Gorra Colorada”.
RESISTENCIA
“Acá se ha resistido varios intentos de desalojo. Y ahora están peleando junto a la Federación Agraria para ver si sale la ley que regularice la tenencia de la tierra y poder tener proyectos para mejorar la producción. La idea es poder armar una filial de FAA, para tener más fuerza gremial en esta lucha. Lo último que sabemos es que la empresa Tres Arroyos, asociada con capitales estadounidenses, compró estas tierras para desmontar y poner un mega proyecto chanchero, pero con los productores adentro”, se indigna el abogado Luís Lemos, que también fue empleado del frigorífico, en épocas de su administración estatal, y hoy representa legalmente a los pastajeros.
Para conseguir que el gobierno provincial les reconozca su derecho a trabajar estas tierras, es vital que haya avances a nivel nacional con la ley que frena los desalojos. Y también, según explican los pastajeros, “sería importante que a través del Ministerio de Argicultura se pueda brindar algún apoyo técnico, y que organismos como el INTA o el SENASA nos den una mano para mejorar la producción. Si podemos volver a pagar los arriendos o comprar estos campos, tenemos la idea de consolidarnos en la ganadería de cría, pero además poner una chanchería, proyecto avícola, y una franja de horticultura para proveer a Santa Elena, adonde hay tanta pobreza. Hasta se nos ocurre que podría haber una feria en el pueblo de alimentos a bajo precio elaborados aquí mismo”, se entusiasma ahora Lemos, en el final de la entrevista.