La reunión se realizó, como en agosto pasado, en la sede de la Uocra, donde lo recibió el titular del gremio, Gerardo Martínez, junto a uno de los secretarios generales de la CGT, Carlos Acuña, el estatal Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Jorge Salinas de la UOM. Durante buena parte del encuentro Cardarelli se limitó a escuchar y tomar nota de lo que expresaban los dirigentes sindicales.
El silencio del italiano no impidió que los gremialistas buscaran conmover al hombre del FMI. No lo consiguieron pero plantearon que desde aquel primer encuentro “se produjo un notorio deterioro de la situación socio laboral con pérdida de poder adquisitivo y el incremento del desempleo”. Luego se refirieron al proceso inflacionario y el aumento de las tasas de interés que conspiran con cualquier inversión productiva. Es más, señalaron al Gobierno como el responsable de incentivar la especulación financiera.
Cardarelli continuó tomando apuntes de las críticas de la CGT y sólo abrió la boca, según confiaron los sindicalistas, para calificar las declaraciones del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sobre el ajuste que realiza el Gobierno argentino como “desafortunadas”. Los sindicalistas prefirieron considerarlas como “irresponsables”.
En el menú de reclamos que plantearon estuvo también la necesidad de que el gobierno adelante la actualización del cálculo de movilidad jubilatoria para enero para mejorar la situación económica de la clase pasiva. Un pedido similar le habían realizado a Macri sin que hasta el momento obtuvieran una respuesta. El italiano no dijo nada sobre este punto como tampoco abrió la boca cuando escuchó a los hombres de la CGT afirmar que las metas de ajuste que selló el Fondo con el Gobierno “ponen en riesgo la paz social”.
Cardarelli esperó con paciencia que finalizaran las exposiciones de los gremialistas para reconocer que la tasas de interés y la inflación “complican” la recuperación económica pero admitió que, en línea con lo que suelen decir los funcionarios de la Rosada, confía en que el sector agropecuario tenga el próximo año una buena cosecha. De todas formas, siempre según el relato de los gremialistas, el italiano les advirtió que “los próximos trimestres serían los más difíciles en términos de recesión pero confía en que a partir del tercer trimestre 2019 se inicie una progresiva recuperación”. Por supuesto que Cardarelli les aclaró que las pocas previsiones que les confió están atadas al contexto económico mundial pero también a la política local. Es tanta la coincidencia entre el Gobierno con el FMI que por momentos Cardarelli parecía un funcionario de la Rosada. El momento en que más se notó ese detalle fue cuando les dijo a los hombres de la CGT que la reactivación “recién podría llegar en el segundo trimestre del año próximo”.