LA PANDEMIA EN AMERICA LATINA

De acuerdo con los últimos datos de la CEPAL, unos 186 millones de latinoamericanos y caribeños viven por debajo de la línea de pobreza, y 67,5 millones se encuentran en condición de indigencia.

Por supuesto que estas cifras ya se han disparado en los seis meses bajo los efectos de la Pandemia, mientras que el registro de las rebeliones populares en todos los países de la región-que no muestran los medios masivos de comunicación, cuyos dueños son socios menores del Poder Hegemónico mundial-nos están dando la pauta de los tiempos que vienen.

Este poder hegemónico ha logrado la mayor concentración del poder destructivo de la mentira, convirtiendo a la desinformación en un arma de guerra, tan letal como puede serlo el más sofisticado armamento del imperio decadente.

La dependencia de nuestra región de Estados Unidos nos coloca en una situación aún más grave, ya que ese país, la mayor potencia imperial del mundo, estaba en recesión antes de comenzar la pandemia, una crisis que quedó escondida bajo las alfombras mediáticas.

Aún en esas circunstancias varios países de América Latina están a la cabeza de los que mejor han manejado la pandemia, entre ellos Argentina donde el gobierno de Alberto Fernández ha tenido que manejarse sobre los despojos dejados por el anterior gobierno derechista no sólo aliado de Estados Unidos , sino dependiente en forma casi absoluta del imperio y su más cercanos asociados..

Lo logrado por algunos países no se nombra, pero en el caribe Cuba, no sólo ha logrado contener la pandemia, sino que lo hizo a pesar de que Estados Unidos agudizó el bloqueo de más de 60 años hasta la asfixia, sino que ha demostrado ante el mundo su capacidad, no sólo científica, sino humanitaria para responder con la única arma posible ante la pandemia que es la solidaridad.

 

Una pequeña isla en el caribe, bajo un sitio medioeval desde hace más de 60 años, el mayor en la historia del mundo, socorre con sus médicos brigadistas, sus enfermeros, sus técnicos y sus medicamentos a países muy empobrecidos como a los poderosos del mundo. Esto es un hito en la historia de la humanidad.

La potencia imperial practica además la guerra biológica, al decidir el gobierno del presidente Donald Trump, dejar que el virus avance hacia las oscuridades de esa potencia, donde la salud para pobres y clase media en general no existe gratuitamente. El precio de la salud es inalcanzable y los test deben ser pagados. .

Es la naturaleza del imperio, que ahora también quedó al desnudo no sólo esperando que el virus acabe con miles de afroamericanos, latinos, migrantes, que en su mayoría no han recibido ningún tipo de tratamiento y los blancos pobres que son millones, sino que intenta acaparar todo medicamento que s o vacuna que surja, en otro gesto tardío y brutal de dominación colonial. .

Por otra parte as organizaciones de inmigrantes de Estados Unidos han denunciado que los miles de migrantes encerrados y hacinados envían mensajes desesperados de impotencia. No hay ningún tipo de atención médica y el abandono es total.

Pero otras denuncias indican que el gobierno estadounidense ha enviado aviones a Guatemala, El Salvador y Honduras con migrantes que son devueltos infectados de COVID 19. El caso más evidente fueron 119 que llegaron a Guatemala y se convirtieron en el gran foco de contagio, por lo que el gobierno de ese país protestó inútilmente.

Esto es guerra biológica, Nadie ignora la grave situación de los países  centroamericanos, donde el que más ha podido contener la pandemia es Nicaragua, pero nadie lo dice y en tanto los golpistas dirigidos desde Estados Unidos en 2018, como se ha comprobado documentadamente aprovechan la pandemia para volver a sus juegos de guerra. .

También Colombia ha enviado de regreso a miles de venezolanos, la mayoría los cuáles han llegado infectados, obligando a ese país bloqueado, al que Estados Unidos ha robado más de 30 mil millones de dólares retenidos en sus bancos, por pagos de deudas de petróleo, a hacerse cargo de esta nueva situación, en un escenario de amenaza de invasión militar.

El gobierno británico decidió quedarse con el oro venezolano depositado hace tiempo en ese país, sin que haya una reacción internacional, por lo que se supone que es una estrategia de dominación y saqueo, un robo que afecta a todo el pueblo venezolano.

La hipocresía de los gobiernos europeos y su dependencia colonial ante la política imperial, los ha arrastrado a la decadencia política, a destruir lo logrado en cuanto al estado de bienestar entre otras cosas.

 

En tanto, en nuestra región “el peculiar impacto de esta pandemia en las formas de vida de los sectores más empobrecidos y marginados fue abordado a partir de 7 ejes de análisis: la informalidad laboral, el endeudamiento de los hogares familiares, las brechas digitales, el tamaño de las viviendas, el acceso al agua potable, el trabajo doméstico realizado principalmente por mujeres y, por último, la cuestión étnica en la determinación de las consecuencias que trae aparejadas la pandemia”, señala un analista de la CELAG

En América Latina y el Caribe hay al menos 140 millones de personas trabajando en condiciones de informalidad, lo que representa alrededor del  50 por ciento. En el caso de México la informalidad llegaba a casi el 60 por ciento, porque miles de familias de los pueblos originarios viven de sus artesanías, disputadas entre los millones de turistas que llegaban a ese país.

¿Cómo imponer cuarentena a semejante cantidad de trabajadores informales en situación desesperante?. Nadie dice que el sostenimiento de las antiguas culturas, de sus comidas preparadas, utilizando los cultivos que nunca abandonaron como forma de subsistencia desde hace siglos, les ha permitido resistir.

Mientras esto sucede la campaña mediática de la derecha, con buen apoyo de alguna llamada “izquierda” intelectual, contra Manuel López Obrador es tan fuerte como la que mantiene en Argentina, la ultraderecha, cuya alianza es abiertamente sostenida por las Fundaciones de Estados Unidos, como la NED, creada por Ronald Reagan en 1983, supuestamente para “ayudar” en el desarrollo de la democracia en nuestra región”.

En tanto en estos momentos la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió que la pandemia causará en América Latina y el Caribe la pérdida de 5,7 por ciento de las horas de trabajo en el segundo trimestre de este año, lo que equivale a 14 millones de trabajadores a tiempo completo. Y esto es sólo la punta del iceberg.

Otra comprobación es que millones de familias que viven de su trabajo diario, no sólo han quedado sin sustento, sino que además han contraído deudas para poder pagar alimentos y cuentas varias y el nivel de endeudamiento de las  familias latinoamericanas más vulnerables ha crecido en el marco del confinamiento necesario, como única forma de detener los contagios masivos..

Pero Washington continúa considerándonos “su región” díscola, su “patio trasero”, pero en realidad su más seguro potencial de recursos, a los que se ha decidido poner bajo estricto control, mediante su proyecto de recolonización de nuestros países.

No es imponer el neoliberalismo, sino es mucho más. El neoliberalismo es un elemento clave del capitalismo decadente, en estos momentos para destruir lo que queda del sueño de la integración más importante lograda en la primera década y algo más del siglo XXI, con la formación de la Comunidad de países Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)en noviembre de 2011 en Caracas, Venezuela.

 

El proyecto geoestratégico para recolonizar a América Latina se inició con el siglo XXI y ha sido corroborado abiertamente por varios funcionarios del gobierno de Trump, quien también nos advirtió públicamente que la política de EE:UU hacia América Latina está basada en la Doctrina Monroe que apareció en 1823 (América para los americanos , es decir norteamericanos) en un mensaje directo para alertar a cualquier potencia europea que debía abandonar esta región. En suma es el regreso de la colonización como tal..

Por debajo de la pandemia, se libra esta guerra contrainsurgente de Estados Unidos contra Nuestra América y conitnúa la invasión de las fundaciones estadounidenses bajo otros nombres en la región. De la misma manera siguen llegando tropas estadounidense,, como sucedió en Colombia en estos días, un país donde siguen asesinado a líderes sociales, de derechos humanos, indígenas, y no hay organismo internacional que se movilice por esto.

Lo que nos sugiere la Pandemia, es que Estados Unidos no ha dejado de mover sus piezas entre las que se encuentran las llamadas Iglesia Evangélicas supuestamente “renovadoras” que avanzan a paso de los “guerreros de dios”, una de su creaciones más alarmantes.

En realidad la caracterización verdadera sería la de “perfeccionados grupos de tareas”, escondidos detrás de un falso evangelio, destinados a zoombificar a vastos sectores de poblaciones abandonados a su suerte. Se les entregan grandes sumas de dinero para su tarea de conquista y colonización que es el objetivo de sus creadores.

Aunque el imperio está más debilitado que nunca, tiene resto suficiente como para lanzar la aventura final de quedarse con nuestra región. Nosotros también lo tenemos pero para esto es imprescindible la organización, la unidad y el conocimiento de quien es el enemigo real.

La rebelión popular está marcando líneas en la mayoría de nuestros países, lo que es nuestra única esperanza pero es evidente la falta de dirigencias. En el caso de Bolivia, la resistencia del pueblo al golpe de Estado es heroica, pero es también evidente la capacidad de reorganización del Movimiento al Socialismo, enriquecido por otros sectores sociales.

De todo esto debemos aprender lecciones con una rapidez pandémica. : Nuestro desafío continental sigue siendo “Independencia o recolonización” y esto es sólo un relato mínimo de lo que se oculta detrás de la pandemia “En el marco de la crisis de acumulación capitalista, quisiera argumentar que lo que la Covid-19 generará en América Latina es simplemente la aceleración de lo que ya venía sucediendo en la región. Esto es, se profundizarán: (1) en el plano político, las dictaduras electorales/democráticas; (2) en el plano económico, el autoritarismo neoliberal; y, (3) en el campo popular, las movilizaciones sociales.

 Lo señalado resultará –en buena parte de la región- una bomba de tiempo en ese marco., lo que puede conducir -con altas probabilidades- a que la resolución del conflicto social sea por la vía violenta” señala René Ramírez Gallegos doctor en Sociología Económica por el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra (Portugal)y otros títulos Y añade si es por la vía conservadora, “será a través de golpes de Estado (como en Bolivia o la fallida aventura rocambolesca en Venezuela) y dictaduras (democráticas/electorales); si es por la vía social, será a través de movilizaciones populares (como en Chile) o la oposición al plan del FMI en Ecuador). De suceder lo segundo, podría generarse en el mediano plazo el germen de nuevas formas de organización social y productiva que sean alternativas al sistema vigente, las cuales podrán ser emancipadoras, pero también podrán tomar rumbos distópicos”

A la vez que el sueño americano de apropiarse del mundo, e imponer una gobernanza global ya es imposible por el resurgimiento de potencias con fuerza avasalladora, lo cierto es que América latina está otra vez en el foco de las miradas del mundo, .cuando tenemos posibilidad de emerger hacia la independencia definitiva en medio de la gran crisis.

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