La ONU advirtió que los cultivos ilegales en Colombia aumentaron un 44 por ciento el año pasado

Esas con las principales conclusiones del informe "Monitoreo de Cultivos de Coca 2014", en el que se constata que el estancamiento detectado en 2013 se ha convertido en un ascenso concentrado principalmente en Nariño y Putumayo, regiones fronterizas con Ecuador, y en Catatumbo, lindante con Venezuela. En estas regiones, además del Cauca, en el suroeste, se concentra el 73 % de los cultivos de coca de toda Colombia.

Para el director de UNODC en Colombia, Bo Mathiasen, estos resultados muestran que "el problema de los cultivos ilícitos y la producción de drogas en Colombia sigue vigente".

Además, como característica destacada del 2014, se registró un fuerte crecimiento de los cultivos de coca en los límites de los parques nacionales de La Macarena y Nukak, en Meta y Guaviare, en el centro-este.

Durante la presentación del informe en Bogotá, Mathiasen abogó por "la erradicación manual voluntaria llevada a cabo por los campesinos" para combatir este flagelo.

Entre las posibles razones para el incremento del área cultivada Mathiasen apuntó la rentabilidad de la hoja de coca, que en 2014 se pagaba a un mayor precio (en el departamento de Guaviare el kilo de hoja de coca subió un 42 %) y las "expectativas" de los campesinos que las cultivan.

El responsable de UNODC consideró que se pudo generar la sensación de que tener cultivos de coca "podría facilitar la interlocución con el Gobierno en términos de desarrollo de estas comunidades". Junto al área cultivada, el organismo constató que la producción potencial de cocaína aumentó el año pasado de 290 toneladas métricas a 442, lo que representa un crecimiento del 52 %.

El ministro de Justicia de Colombia, Yesid Reyes, que asistió a la presentación del informe, dijo que estas cifras muestran que "la represión de la economía ilegal de las drogas es una herramienta insuficiente que da resultados coyunturales pero no sostenibles en el tiempo". "Es una locura seguir haciendo lo mismo esperando diferentes resultados", dijo Reyes, tras señalar que esa frase fue pronunciada alguna vez por Albert Einstein. "La lección que nos dejan estas experiencias es que la represión de la economía ilegal de las drogas es una herramienta insuficiente, que está en capacidad de mostrar resultados coyunturales, pero no sostenibles en el tiempo", consideró el ministro.  Además agregó que "la aspersión con glifosato es un buen ejemplo de ello. Si bien se evidenció en 12 años una reducción de los cultivos ilícitos con respecto al año anterior, el balance global deja dudas sobre la sostenibilidad de la estrategia. Cuando se comenzó a utilizar había en el país unas 83.000 hectáreas de cultivos ilícitos y hoy hay 69.000".

El ministro señaló que destruir mediante fumigaciones los cultivos de hoja de coca no brinda opciones a los pequeños cultivadores, mientras que los programas de desarrollo alternativo "ofrecen ayuda y acompañamiento para que puedan rehacer su vida dentro de la legalidad".

 

(Télam)

 

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