Los administradores de los molinos no quieren saber nada con el trigo entrerriano porque la calidad panadera del mismo es bastante menor a la que presentan las partidas provenientes del sudeste bonaerenses. Sin embargo, como la orden de Comercio Interior la tienen que cumplir de todas maneras, se están repartiendo “puchitos” de trigo entrerriano entre muchos operadores para que la medida sea más fácil de digerir.
El hecho es que las soluciones parciales generan este tipo de sucesos: lo que puede ser muy bueno para algunos (en este caso los productores entrerriano) termina perjudicando a otros (sus pares bonaerenses).
Según fuentes del mercado consultadas por Infocampo.com.ar, otro de los inconvenientes que debe afrontar el sector molinero obligado a comprar trigo es que en muchos casos no se dispone de capacidad de almacenaje suficiente. Este problema logístico por el momento no es grave, pero si avanza el plan de compras compulsivas promovido por el gobierno sí podría transformarse en un problema.