El licenciado Martin Robalo, titular del área de Producción y Desarrollo Urbano y encargado de la PTRSU, comentó que: “tenemos actualmente en la Planta, en un sector cercado, varias computadoras, televisores y otros artículos tecnológicos donde hay muchísimos elementos que se puede rescatar y volver a reutilizar. Lo que hicimos fue consultar con varias casas que trabajan en el rubro electrónica y nos han dicho que hay muchísimas cosas que se pueden rescatar.”
La obra se encuentra en un 85% de avance. Es, básicamente, un galpón de 10 metros por 5 donde trabajaran dos o tres operarios y está previsto comenzar con esta iniciativa a partir del primer trimestre del 2011 previo a la capacitación para el personal (estimada para la primera quincena de enero) y campañas de concientización a la comunidad. La idea es desmantelar y separar la mayor cantidad de partes de los elementos electrónicos que pudieran ser nocivas para el medio ambiente y que tengan la posibilidad de ser comercializadas. Este emprendimiento colocará a Chajarí como pionera en la provincia en buscar un destino seguro para la basura tecnológica.
“Si bien vamos a ser los primeros, en unos años varios deberan empezar a darle un sentido a esto y una respuesta. En buena hora creo que por fin pudimos llevar adelante esta visión que venimos pensando hace un año y medio.”, dijo Robalo. En cuanto a la preparación de los agentes que realizaran labores allí, explicó que “lo que primero vamos a hacer es capacitarlos con profesionales que nos puedan explicar algunas cuestiones básicas sobre que es lo que se puede aprovechar de éstos elementos tecnológicos.” “Chajari merece este desarrollo. Ya teníamos que seguir avanzando con este tipo de residuos y este es el tipo de cosas que tenemos que festejar.”, remarcó.
En tanto, consultado sobre el volumen calculado de lo que estaría generando la ciudad en materia de residuos tecnológicos, el funcionario especificó que “en materia de volumen hoy quizás no es tan importante, pero esta iniciativa tal vez incentiva que la gente –que acumula en sus casas estos residuos- comience a llevarlos (a la Planta). Creo que pasa por ahí y ahí vamos a ver cuanto en realidad produce la ciudad”.
La fabricación de productos electrónicos creció en los últimos años debido a los nuevos diseños que reducen la vida útil de los artículos. Este recambio genera grandes cantidades de desperdicios que exigen un tratamiento diferenciado de la basura tradicional porque contienen sustancias peligrosas para la salud y el ambiente. En la producción se utilizan compuestos como el cromo, que es cancerígeno; el cadmio que afecta a los riñones y los huesos; el mercurio que daña al cerebro y el sistema nervioso; el plomo que provoca deterioro intelectual, daños en los sistemas nervioso, circulatorio y reproductivo; los retardantes de flama que son neurotóxicos y deterioran el aprendizaje y la memoria.
Y la cara menos amable del avance tecnológico se manifiesta en un crecimiento exponencial de los desechos electrónicos: computadoras, celulares, televisores, electrodomésticos, problema que hoy deben enfrentar tanto los países desarrollados como las naciones en desarrollo.
