Luego de enfrentar al centenar de hastiados cooperativistas (hacía dos semanas que no trabajaban) en el salón de actos, Cresto les decía: “vénganse a las seis de la tarde a Autoconstrucción para firmar el acta”. Algunos cooperativistas entendían que era el acta de renuncia. Pero esa misma tarde el intendente negó haber renunciado a la misma.
La posibilidad de que el municipio renuncie al programa, para el gerente de la regional Salto Grande del IAPV, Carlos Olivera, significaría “romper el convenio firmado y firmar un convenio nuevo”.
Olivera no descartó que la Nación acceda a enviarles los fondos directamente a las cooperativas. “Habría que proponérselo a la Nación que es la dueña de los fondos y que es quien diseñó el programa y lo dirige”, dijo.
El IAPV es el auditor de los fondos que vienen de la Nación. “Tiene que ir a la obra, ver el avance y que el dinero que la nación ha transferido esté invertido. No inspecciona calidad sino que audita cantidad”. Olivera aseguró que, de todos modos, si advierten que “no se le pone hierro a los dinteles de las puertas, el auditor del IAPV puede negarse a certificar una obra con semejantes vicios”.
La Nación, luego de recibir el certificado por las obras realizadas y adelantar más dinero, envía auditores a controlar que los certificados coincidan con lo construido. “Si no coinciden, estamos en un problema”, dijo Olivera.
Luego de recibir el dinero de la Nación, el IAPV otorga un “adelanto financiero de obra”. En el caso de las cooperativas, el adelanto cubrió la compra de herramientas, la ropa de trabajo, los libros contables y materiales de construcción. “Producida la primer certificación, la Nación envía nuevamente dinero, el IAPV paga lo que ya estaba realizado”. Este mecanismo permite a las cooperativas trabajar con dinero adelantado.
El convenio estipula que debieron haberse formado 50 cooperativas. El primer adelanto fue para ese medio centenar de cooperativas. En cambio, hasta el momento solo certificaron por primera vez 23 cooperativas. “La segunda certificación la hicieron 16 cooperativas y la semana pasada cuatro más, estas son las que mas han avanzado. El resto, de La Bianca, están un poco más atrasadas con el trabajo”, señaló Olivera.
En realidad, en el IAPV constataron que hay 47 cooperativas conformadas pero sólo 43 están trabajando. Hay tres que no se han podido conformar, cuatro que no han comenzado a trabajar y 20 que aún no han podido certificar por primera vez.
El plazo de obra es de cuatro meses. “Ya está vencido en 30 días”. Olivera explicó que el atraso se debe a dos factores: los inconvenientes en la entrega de materiales y los numerosos días de lluvia.
Por último, señaló que el viernes, el IAPV giró cerca de $ 600.000 a la Municipalidad para que se terminen con las certificaciones pendientes.
Una comisión evaluadora
El intendente Cresto se comprometió a gestionar un viaje a Buenos Aires, para acompañar a los cooperativistas a reunirse con el presidente Kirchner o con alguna autoridad del gobierno nacional que se comprometa a enviar el dinero directamente a las cooperativas.
Pero Olivera expresó que eso implicaría la firma de un nuevo convenio, con la pérdida de tiempo consiguiente, por lo que el plazo para que se firmen las cooperativas se estiraría indefinidamente.
¿No será una estrategia del intendente Cresto para dejar pasar el tiempo y esperar que se aquieten las aguas?, preguntó Noticias.
Juan Trinidad, presidente de una de las cooperativas, reafirmó: “Yo creo que sí, es una estrategia para que se calme la cosa. De hecho, ya se calmó”, dijo.
De hecho, quienes acudieron a la reunión del jueves a la tarde, percibieron como Cresto prefirió inclinarse por discutir la posibilidad de viajar a Buenos Aires cuando, en realidad, los cooperativistas podrían haber hecho hincapié en el atraso en el pago de los materiales, cuyo responsable es el Ejecutivo municipal. “Olivera tenía un listado de cosas para ’matarlo’ a Cresto, pero el intendente es muy vivo para esas cosas, Olivera dudó y Cresto se le escurrió con otro tema”, señaló un cooperativista.
“Esto es como un triangulo, de un lado tenés el envío de fondos de la Nación a la Provincia, otro lado es el envío de fondos de la Provincia (IAPV) al municipio y el último lado es el pago de los materiales a las cooperativas. Los cooperativistas, en vez de hacer hincapié en el atraso del municipio en pagarles, prefirieron mirar los otros lados del triángulo”, graficó una fuente que conoce de cerca el tema, explicando la estrategia errónea de los cooperativistas.
Trinidad aseguró que “de acuerdo a lo que dijeron algunos presidentes de otras cooperativas que se reunieron el jueves, él (Cresto) dijo que en ningún momento renunció”. Para el cooperativista: “lo único que rescato de Cresto es que puso la cara, valoro ese gesto; pero a mí no me convence que él siga a cargo de la custodia de los fondos”.
Otra cuestión que se resolvió fue que se conformará una comisión que tenga acceso a los expedientes referidos a la compra de los materiales. Esa reivindicación es anhelada desde hace bastante tiempo, debido a que algunos cooperativistas aseguran que hay cuestiones poco claras por parte de los proveedores. Por ejemplo: aseguran que se reclama el pago de materiales que ya fueron abonados o se desconoce el destino de materiales que fueron entregados pero no se sabe a quién.
En Gualeguaychú, se conformó una comisión similar que funcionó en forma exitosa. Por ese motivo, una comitiva de cooperativistas partirá el próximo martes hacia esa ciudad para interiorizarse de su funcionamiento.
“No tenemos que dividirnos, tenemos que estar unidos las cooperativas de La Bianca y el Fátima, no dejarnos llevar por cuestiones internas, porque nos perjudicamos todos”, finalizó Trinidad.
Un manifestante inesperado
Sorprendió durante la marcha del jueves la súbita aparición del vecinalista Rafael Maciel. Si bien es presidente de una de las cooperativas, Maciel no participó ni en la asamblea llevada a cabo el día anterior en La Bianca, donde trabaja la cooperativa que preside, ni en la marcha de los cooperativistas que recorrió Anses y el IAPV minutos antes. En cambio, acaparó las cámaras cuando los manifestantes se plantaron frente a frente al intendente Cresto en el salón de actos del municipio. “Maciel no goza de mucha aceptación dentro del grupo de cooperativistas”, dijo Olivera, sintetizando la opinión imperante.
“Lo que sorprende de Maciel es la defensa encendida que hacía del intendente de Concordia cuando sabemos que no pertenece a las huestes del intendente Cresto”, señaló Olivera. El presidente de la comisión vecinal de Villa Busti (barrio General Lamadrid) pudo trascender gracias a la inestimable ayuda de Jorge Busti, quien como gobernador le entregó, paradójicamente mediante el IAPV, numerosos recursos para que gran parte de los habitantes de Villa Busti cambiasen sus hogares de costaneros por viviendas de material. Maciel suele mostrar a quien se lo pida, fotos de las viviendas del barrio antes y después de las obras realizadas en su gestión. También recibió del gobierno innumerable cantidad de subsidios con destinos poco claros.
“Otra cosa que sorprendía era el encendido reclamo de la presencia del IAPV en Concordia, José Cáceres. Pero su presencia no tiene mucho justificativo”. En realidad, Maciel está interesado en que el IAPV le transfiera a su nombre, algo que el IAPV tiene prohibido por ley, el terreno donde se asienta el comedor del barrio. “Creo que tiene que ver más con cuestiones particulares que en algún reclamo tendiente a solucionar los problemas que están viviendo hoy las cooperativas. Teniéndolo a Cáceres en Concordia, podrá conseguir lo que él le está pidiendo hace mucho tiempo al IAPV”. El vecinalista está enfrascado en una interna barrial contra Elba Díaz, quien maneja el comedor del barrio, para quedarse con el edificio. Pero desde el IAPV aseguran que le han propuesto transferir el terreno a la Municipalidad para que ésta se haga cargo y el municipio habría dicho que sí.