El represor Héctor Febres tenía cianuro en su sangre, según los resultados de la autopsia realizada a su cadáver tras su fallecimiento el 10 de diciembre último, cuatro días antes del veredicto en el juicio que se le seguía por delitos de lesa humanidad, y ordenan detener a dos prefectos.
En el cuerpo hallaron «mucha cantidad» de cianuro, por lo que se evalúa que Febres habría muerto por envenenamiento, aunque la Justicia deberá determinar si se trató de un suicidio o asesinato.
En tanto, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo, ordenó anoche detener a dos miembros de la Prefectura Naval que estaban a cargo de la custodia del represor en una delegación del Delta bonaerense. Hoy a la mañana se hizo un procedimiento similar con los familiares directos mencionados.