Para no dejar dudas, la ministra agregó, "sabía que no iba a ser fácil" la función pública pero consideró, "ha tenido muchas horas de construcción colectiva, poniendo mucho el eje en la gestión porque nuestra estructura todavía tiene muchas debilidades producto de un modelo sanitario basado más en lo episódico, lo emergente y transitando en la turbulencia cotidiana para lo cual se requiere mucha táctica y estrategia sanitaria, descontando que esta construcción del proceso salud-enfermedad es producto de los determinantes que inciden en él y lo trabajamos desde un paradigma basado en los derechos humanos y de la inclusión de las personas".
Desde esa misma red social aclaró que denunció a Allende por "violencia psicológica y conductas intimidatorias" a la vez que resaltó: "Cumplí con mi función indelegable de funcionario público, con el ánimo de hacer valer la figura de rectoría frente a nuestros propios programas de prevención de violencia de género que nuestro gobernador tanto nos ha encomendado y también de poder visibilizar situaciones intimidatorias y de violencia que instamos a denunciar pero que también muchas veces reproducimos desde un despacho, desde una mesa de entrada, desde una oficina pública, creyéndose que se tiene un poder superior sobre el otro porque es humilde, débil, por su condición de género o porque se atiende en el sector público".