La Mesa de Enlace de Entre Ríos se reunió el miércoles y resolvió solicitar al ministro de Economía de Entre Ríos (a cargo de Producción), Hugo Ballay, que convoque con carácter de urgente a la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria para evaluar la difícil situación que atraviesa el sector, a lo largo y a lo ancho del territorio entrerriano, por el impacto de la profunda sequía y ola de calor.
«Lamentablemente una postal que desde la provincia veíamos en provincias vecinas, nos llegó con toda su fuerza destructiva, afectando a los cultivos de maíz, soja y especialmente a los productores tamberos, quienes, en esta época, no tienen disponibilidad de forrajes y se han consumido todas las reservas, como también la ganadería y la citricultura entre otras actividades», informaron a UNO desde la Mesa conformada por la Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco), la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer) y la Federación Agraria Argentina (FAA).
Relevamientos realizados en las últimas horas marcan una situación donde cientos de productores han optado por destinar cultivos de maíz al consumo del ganado o directamente picarlo como abono, aseguraron las entidades.
La Mesa de Enlace también anunció que propondrá medidas consideradas por el sector como «innovadoras» que puedan aliviar la situación del productor y mecanismos más ágiles y operativos para que se pueda recuperar el capital de trabajo, después del «rotundo fracaso que representó la asistencia financiera dispuesta por el gobierno provincial en la emergencia agropecuaria soportada en el primer semestre de este año 2022».
A la vez, hicieron circular un mapa que integra el informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos de este jueves, donde el 100 % del territorio entrerriano se encuentra bajo los efectos de sequía extrema afectando a todas las actividades productivas de la provincia.
Qué dice la Bolsa de Cereales
La falta de precipitaciones en todo el territorio entrerriano continúa desde 2021 afectando a la actividad agrícola y ganadera y generando un estrés térmico en cultivos y animales, con una fuerte generalización de la sequía desde junio pasado, lapso en el que las lluvias fueron un 44% menores a los promedios históricos, advirtió la Bolsa de Cereales de la provincia.
La sequía y las pocas precipitaciones «han hecho colapsar el balance hídrico, llevándolo a la solución más temida» y con un mapa provincial con un escenario de «mínima disponibilidad hídrica», remarcó la entidad bursátil.
Las condiciones climáticas afectan el desarrollo de los cultivos generando plantas de menor tamaño, demoras en la fertilización nitrogenada, un retraso en el crecimiento, e incluso en sitios puntuales se detectaron pérdidas parciales y totales de lotes.
Asimismo, la sequía fue calificada como la peor de los últimos 60 años según los registros provinciales, y provocó efectos ecológicos y económicos «devast adores»
Los registros pluviales de diciembre de 2021 en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años, con acumulaciones mensuales hasta seis veces por debajo de lo que normalmente debe llover.
Si bien existen áreas y lotes con una mejor disponibilidad de humedad, se registra un «grave escenario» para diciembre, con un retraso en las siembras y fuertes consecuencias sobre los cultivos de la cosecha gruesa de la campaña 2022/23 implantados en forma temprana.
Para Entre Ríos, un valor normal de lluvia acumulada entre junio y noviembre se sitúa en 430 milímetros, pero en ese lapso del 2022 se registraron sólo 240 milímetros, un 44% menos (190 milímetros), con junio y octubre con un promedio 40 milímetros menor, de 20 menos en septiembre y de 90 milímetros menos que el promedio en noviembre.
La peor situación se registra en el sur entrerriano, donde se encuentra más del 70% de los cultivos estivales y el déficit hídrico asciende a entre 200 y 350 milímetros, entre un 47 y 81% menos que la precipitación promedio normal.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos aseguró que el panorama en el corto plazo «no parece cambiar» y permanecerá con «tendencia ascendente» de las temperaturas y una oferta de agua «lejos de ser la necesaria» para promover las correcciones necesarias.