El acto comenzó a las 19.30 hs con espectáculos artísticos en el escenario montado frente al Reloj de Sol, y participaron del mismo el intendente Alfredo Francolini, los organismos de Derechos Humanos de la ciudad, junto a organizaciones sociales, gremiales y políticas, y vecinos se hicieron presentes renovando el mensaje de Memoria, Verdad y Justicia. Luego, a partir de las 20, se realizó la lectura de las numerosas adhesiones recibidas.
Además del Presidente Municipal y las asociaciones HIJOS, Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Liga Argentina por los Derechos Humanos, estuvieron presentes el presidente de la Delegación Argentina de CTM Luis Benedetto, el senador provincial Armando Gay, el presidente del Concejo Deliberante Daniel Cedro, los ex Intendentes Elbio Bordet y Juan Carlos Cresto, el Jefe de Gabinete Alberto Armanazqui, el secretario de Desarrollo Social y Producción Fernando Barboza, el secretario de Deportes y Educación Marcelo Cresto, la secretaria de Desarrollo Urbano Mireya López Bernis, los concejales Gastón Etchepare, Juan Domingo Gallo, Cristina Guitar, Alicia Maldonado y Lía Solís, el director Departamental de Escuelas Fabián Vallejos, entre otras autoridades, a HIJOS, Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Liga Argentina por los Derechos Humanos.
La actividad finalizó con los nombres de los concordienses detenidos – desaparecidos, y el grito de “Presentes” de todos los que asistieron a la Plaza Urquiza.
Discurso de la Asociación de Familiares, desaparecidos y expresos políticos
«A 46 años del golpe cívico-militar de 1976, estamos tentados a pensar en el tiempo como acontecimiento, como algo que debe recordarse un 24 de marzo. Como un hecho que ha sucedido en ese tiempo que se ordena como historia y que lo ubica en el pasado colectivo. Un tiempo infame que la arbitrariedad de la historia lo sitúa como un acontecimiento que debe ser juzgado históricamente; sin embargo, madres, abuelas y familiares a lo largo de estos años nos han enseñado que el tiempo es presente de memoria, verdad y justicia. Un tiempo vivo, un tiempo pasado que vive en el presente. Un tiempo que se vuelve conciencia de derecho, reclamo de justicia y lucha aquí y ahora de una verdad que esta mas allá del tiempo acontecido, de una verdad que sigue siendo memoria viva y que reclama que la sangre derramada por nuestros compañeros insista y consista en nuestra identidad de lucha, en nuestros compromisos, en nuestras convicciones, en nuestra militancia. Porque la memoria que reclama justicia por sus vidas derramadas, reclama justicia por sus sueños vividos, por su amor a la patria. Su muerte injusta no puede disociarse de sus vidas heroicas, de su legado y de su compromiso con el pueblo. Honrar su memoria es sostener sus vidas en las luchas de nuestro presente.
Hablamos de memoria, y de identidad; hablamos de algo mucho más que historia. La memoria siempre se las arregla para sostener la sangre viva, como quien dice caliente. La memoria siempre es presente que lee, que mira, que escucha y circula en la medula de la justicia para que los traficantes de discursos no nos tranquilicen con clisés o nos silencien con ruidos ostentosos. A los caídos, a los presos, a los desaparecidos, a los violentados y a las violadas, a las mujeres que le arrebataron sus hijos, la memoria los llama mártires. No es cualquier significante. Murieron como vivieron, peleando por una patria de iguales, libre de cipayos imperiales y traidores cotidianos. Muchas veces duele la bucólica narrativa que esquiva el nombre que debe darse a las vivencias, como quien dice a los sueños y a las luchas que lo justifican.
El 24 de marzo no fue un accidente de la historia, fue la concreción fáctica de un proceso de domesticación económica e ideológica preparado y ejecutado fríamente en el marco de lo que fue el plan cóndor diseñado en Washington. Y significó muerte, desapariciones, y empobrecimiento sistemático de nuestro pueblo.
No vamos los 24 solo a pedir Memoria, Verdad y Justicia, vamos siempre con nuestros mártires a pedir Justicia para el presente y para el futuro, porque el imperio no descansa, pero el pueblo tampoco; y vamos porque somos memoria viva, de madres, abuelas, familiares, expresos e hijos; de militantes que siguen de pie y en lucha.
Nuevamente es el presente injusto que vivimos el que vuelve sus luchas necesarias, es el presente el que pide que esa sangre derramada tenga sentido en la continuidad de la lucha misma, que es siempre la lucha por la igualdad y la libertad
Nuestras convicciones piden Justicia ayer hoy y siempre, porque la memoria es conciencia viva, no recuerdo, y menos olvido.
¡No nos han vencido!
Compañeros Detenidos Desaparecidos ¡PRESENTES!
¡HOY Y SIEMPRE!!!!!