En el oficialismo, el desconcierto ilumina ambiciones de caudillos de segunda línea, como Daniel Scioli, que se ilusionan con otra oportunidad; o el propio Alberto, que luego de hacer la plancha sobre la historia, perdiendo cuatro años irrecuperables, con sus indefiniciones y cobardías de socialdemócrata mediocre, han llevado al escepticismo a vastos sectores de la militancia. Y mientras huye de la conmemoración del 24 de marzo, se dedica a aauto-serrucharse el piso donde está parado, bajándole el precio a la gestión de su propio ministro de economía, un Sergio Massa, a quien ve como un competidor para sus ambiciones de reelección; un Massa que luego de un inicio esperanzador ha sido golpeado en sus expectativas por la ferocidad insaciable de los formadores de precios, que nos han metido deliberadamente en un interludio de hiperinflación, ilusionados en que un eventual triunfo de la alianza conservadora arrasaría, tal prometen, con todas las conquistas sociales logradas en casi un siglo de disputa de clases, las leyes laborales, previsionales y de cobertura social, que limitan sus incontrolables ambiciones de ir ‘a por todo’, como dicen los españoles.
Por el lado del Pro-Radicalismo, anunciado el retiro de la postulación de MM, reina la codicia, los aspirantes a sucederlo se pretenden ganadores, y a cara descubierta disputan lo que ellos consideran sería una oportunidad cierta de viajar desde el Congreso a la Rosada, en el Cadillac descubierto. La decisión de Macri, personalmente le debe haber dolido mas que nada, nunca en su vida, pero los sondeos privados que venía haciendo marcaban en forma contundente que, si él iba a la cabeza de la fórmula, perdía irremediablemente. Su renuncia tiene que ver con el pragmatismo del poder: él se reposicionará frente a su alianza como el gran consejero, para preservar los espacios que ha controlado, pero fundamentalmente los negocios futuros que vislumbra ante la oleada final de privatizaciones que prometen todos los posibles candidatos del Pro.
MIENTRAS TANTO ALBERTO HUYE A R. DOMINICANA, A RENDIR NEOCOLONIAL RECONOCIMIENTO A UN DEVALUADO ‘FELI-PILLO’
La fuga de Alberto, el bueno, a la conmemoración del 24 de marzo, es porque temía ser expuesto a reacciones poco afectivas de las bases partidarias; y está cargada de un simbolismo, que irrita, dado que estas cumbres, inspiradas en un decimonónico y obsoleto reconocimiento a la ‘madre patria’, han sido repudiadas protocolarmente por los dos gigantes continentales, Méjico y Brasil, cuyos presidentes rechazaron concurrir al evento, porque consideran que no hay nada que festejar, y mucho menos rendir pleitesía al patético heredero, forzado a tomar anticipadamente la corona por la corrupción de su padre, el delfín que les supo dejar Franco a los peninsulares para garantizar su honor y gloria futura.
El reivindicador de los asesinos de los pueblos americanos, que vieron disminuida su población de 60 a 9 millones[i], en solo un siglo, luego de la llegada de los ibéricos a fines del siglo XV, a saquear y destruir políticamente el territorio americano.
Y MACRI…
Tal Drácula forzado a una dieta vegana, terminó su período con una sed irrefrenable sin saciar. Nada le alcanzó (ni alcanzaría), ni siquiera los 47.000 millones de dólares que le mando su amigo Trump, para que fugaran, bajo las instrucciones precisas de Prat Gay; los pesos que él y su banda habían convertido en Lebacs en los meses que iban acumulando el efectivo de sus cajas recaudatorias donde apilaban los dineros saqueados a todos los argentinos.
Pero él no piensa en lo que robó, solo en las cosas que le quedaron por manotear; a veces, de noche se desvela con solo pensar que YPF, el año pasado, tuvo utilidades por U$S 2.000.- millones, y que planea para este, inversiones por U$S 5.000.- los datos le hacen temblar la comisura izquierda de la boca, dejando escapar un imperceptible hilo de ácida baba privatizadora. Por el lado del establishment tiene todo aceitado, la alianza conservadora ya negoció con el núcleo duro de los formadores de precios que, en esta segunda oportunidad, y de entrada nomás, y para empezar, les regalarán la eliminación de todas las leyes laborales, de la seguridad social; y les entregará las cajas de la previsión social. Promesa que ha entusiasmado a los siete magníficos, al punto que le han soltado la mano a Massa, con quien habían cerrado un, (pegado con mocos), acuerdo ‘por las dudas’. Y están tratando (y casi logrando) que estalle la hiper, para que queden sepultadas para siempre, por los siglos de los siglos amén, las ilusiones de los que no se resignan a perder Argentina.
Cuando se ilusionaba por ser el postulado, inventó ‘candidaturas de sacrificio’, comisionando para ese rol a dos de sus damas de compañía, la dulce mariú y la insoportable ‘piba montonera’, enviándolas a empiojarle las ambiciones al cancerbero de Favaloro, ofreciéndose ellas en el interior, cosa que han venido haciendo hasta ahora con relativa eficacia, aunque el rol de las chicas no ha sido el de crecer en posibilidades electorales reales, sino el de molestar las alianzas que el machiavélico calvo, ha intentado hasta ahora con magros resultados, en los confines territoriales, más allá de la General Paz. Pero ahora el panorama cambia, es esperable que intente disciplinar la tropa y poner a todos a trabajar para recuperar el control de los negocios.
Por el lado del radicalismo, algunos referentes se ilusionan con pelearle el lugar, pero ese no es el rol que han tenido asignado nunca en la alianza, solo el de ser partenaires y aportantes de votos en el interior. Y él lo sabe, y en todo caso mientras que algunos intentan un lanzamiento nacional, él los tiene a todos encarpetados, por las dudas alguno lo moleste demasiado.
Mientras tanto, hace crecer, con el apoyo de los menti-medios de incomunicación propios y aliados, la figura del desaforado comediante empelucado, con el que aspira robarle un porcentaje de dos cifras a la masa electoral, que sueña sumar al caudal propio en lo que imagina un escenario de ballotage.
La historia de esta etapa recién empieza, y como todos sabemos en estos confines, el largo plazo se mide en término de horas, para el que lo dude piense, en como se veían las cosas el viernes y como hoy, amanecidos a las jugadas del fin de semana.
[i] LA ECONOMÍA ARGENTINA- Aldo Ferrer, varias ediciones