Este índice tiene gran relevancia por resultar un «termómetro» clave de la economía, para las familias, las empresas y las propias autoridades gubernamentales. Sin embargo, la percepción general del consumidor de que los bienes que consume se han incrementado en mayor proporción que la información oficial publicada por el INDEC, se suma a la sensación de manipulación de cifras en los índices oficiales, buscando neutralizar o disimular el impacto que la suba de precios tiene sobre los indicadores sociales. Las principales causas que provocan la brecha entre el IPC oficial y la inflación real son:
· la canasta de bienes utilizada como base, calculada una década atrás, no es representativa de los bienes que el consumidor compra habitualmente en la actualidad, ya que se producen cambios en los hábitos de consumo por cuestiones de moda, avances tecnológicos, variaciones de precios.
· centra su análisis en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, e ignora el hecho de que los hábitos de consumo varían según las diferentes zonas geográficas.
· se incrementó a partir de enero de 2007 la cantidad de comercios y precios que se relevan a los fines del cálculo del índice, con la sospecha de haber seleccionado aquellos más “dóciles” para la adopción de los precios oficialmente sugeridos.
· en ciertos rubros de la canasta básica, cuando los precios relevados marcaban importantes incrementos, la nueva conducción del INDEC optó por “corregir” las estadísticas (ej.: medicinas prepagas, turismo).
· el efecto “arrastre” del IPC, que hace que la suba de los precios en los últimos días de un mes se vea reflejada plenamente recién en la inflación del mes siguiente.
Estas medidas afectan enormemente la confianza de los actores económicos, y provocan un grave daño ya que en lugar de combatir las causas del fenómeno inflacionario buscan solo disimular su medición. Metafóricamente podría decirse que es como “echarle la culpa al termómetro” cuando tenemos fiebre, en lugar de controlar a la enfermedad que la genera.
En este sentido, resulta interesante analizar los rendimientos reales que sufren los ahorristas con las inversiones que hasta hace un tiempo atrás eran una buena opción para evitar perder poder adquisitivo. Más allá de los plazos fijos tradicionales, que tienen claros rendimientos negativos por ser sus tasas nominales muy inferiores aún a la inflación oficial, la investigación realizada centra su análisis en el caso de los “plazos fijos ajustables por inflación”, que son herramientas financieras diseñadas con el objetivo de brindar al ahorrista cobertura ante la inflación. Estos plazos fijos funcionan “ajustando” el capital depositado mediante un índice de inflación (lo que permite que el capital no pierda poder adquisitivo) y luego, sobre ese capital ajustado reconocen una pequeña tasa de rendimiento. En la actualidad, casi la totalidad de estos plazos fijos de este tipo toman como índice de ajuste al coeficiente CER (calculado en base al IPC).
La brecha entre la inflación real percibida y la inflación oficial publicada por el INDEC a través del IPC y por ende afectando al CER, ronda el 5% anual, según coinciden la mayoría de los analistas económicos. Esta brecha afecta de manera negativa el rendimiento real de esta opción para el ahorrista. ¿Cómo se genera este impacto? Véase un ejemplo:
Se supone un plazo fijo que ajusta el capital depositado por CER y sobre ese capital paga una tasa en promedio de un 2% anual. Evidentemente, si la brecha no existiera, el rendimiento real respondería al 2% que paga la opción sobre el capital ajustado por CER. Pero en el caso de considerar el 5% de brecha entre las dos inflaciones (suponiendo una inflación oficial del 8% y una “verdadera” del 13% anual) se tendría una pérdida de poder adquisitivo de un 2,51%. Es decir que si antes de invertir el dinero en este plazo fijo ajustable por CER una familia tipo podía comprar una determinada canasta de bienes y servicios con $100, al cabo de un año necesitará de $113 para poder comprar lo mismo (recuerde que la inflación real es del 13%). El cálculo es el siguiente:
PLAZO FIJO AJUSTABLE POR CER EN PESOS
CONCEPTO VALORES FÓRMULA
CAPITAL $ 100,00
CAPITAL AJUSTADO POR CER OFICIAL $ 108,00 ($100)*(1+0,08)
MONTO A RETIRAR (2% sobre capital ajustado) $ 110,16 ($108)*(1+0,02)
CAPITAL AJUSTADO POR INFLACIÓN REAL $ 113,00 ($100)(1+0,13)
RENDIMIENTO REAL -2,51% (($110,16/113)-1)*100
En definitiva, con los plazos fijos ajustables, en un año se podrá comprar menos que ahora, debido a que el coeficiente utilizado para este tipo de operación es menor al real. El análisis realizado permite advertir que, entre otros efectos, la manipulación del índice de precios por parte del gobierno impacta sobre el poder adquisitivo de los ahorristas, haciendo que opciones de inversión creadas para brindar cobertura inflacionaria no cumplan con ese objetivo. Ese impacto se magnifica sobre todo en los pequeños ahorristas que no pueden acceder a otras opciones de inversión más rentables, debido a limitaciones de capital y/o información.