Por primera vez en la historia, el justicialismo entrerriano dirimirá su interna en una elección general. Por primera vez también, varios pesos pesados, deciden partir el peronismo y enfrentarse en una elección general. Por primera vez, la debilidad de la oposición es tan impresionante que las facciones del peronismo no dudan en que, a pesar de ir divididos, ganaran (una u otra facción) sin inconvenientes.
Jorge Busti forzó tanto su autoridad, tensó tanto la cuerda, que logró lo que pocos sospechaban: la división del partido que más prosperidad garantizó a sus dirigentes. En rigor, una de las razones principales de la unidad del neoperonismo.
Quienes conocen a Busti aseguran que jugó fuerte porque no creía que se iban a animar a romper la unidad de la prosperidad. Y también por otras dos razones de peso: tenía el dato que el Intendente Juan Carlos Cresto creía que él, le iba a ofrecer la candidatura a gobernador, algo que, obviamente, no pensaba hacer. También sabía que, si eso no ocurría, Cresto estaba como desganado y sin convicción para enfrentarlo (dato que el mismísimo Cresto reconocía en conversaciones íntimas). Contaba además, con el antecedente y la opinión generalizada que Julio Solanas no se iba a animar, “como otras veces” decían y agregaban “es puro amague”. Además, estaba convencido de algo: “ni Cresto ni Solanas estaban dispuestos a ser segundo del otro”.
Con esos datos en la mano, con una economía floreciente, con una oposición en franco desbande, con el sector docente como único conflicto importante y con una caja registradora (los recursos coparticipables) y repartidora (CAFESG) como nunca antes había tenido, descuidó y hasta despreció su habitual interés por ganar consensos -incluso a la fuerza, aunque suene contradictorio.
Todo parecía indicar que la vaca estaba atada, pero…despreció la cadena, sus eslabones y no contó con que el desgano de Juan Carlos era inversamente proporcional al empuje de Enrique Tomás. Los Cresto terminaron jugando en tandem, fue así que el hijo diputado convenció al padre intendente de que Busti nunca le iba a ofrecer la candidatura a gobernador, “sacátelo de la cabeza” le dijo y no perdió tiempo, lo invitó a una reunión en Paraná que luego se conoció como “la reunión del grupo Talleres”.
Cresto padre, el Intendente, no perdía las esperanzas, creía que Busti podía todavía ofrecerle la candidatura a gobernador “sobre todo –pensó- si paso por la reunión en el Talleres y Jorge la empieza a ver fea.”
Los dos pesos pesados de la política entrerriana calcularon mal: Busti no le ofreció ninguna candidatura de nada a Cresto y Solanas hizo lo que Busti no esperaba: se jugó y, más aún, cerró el acuerdo que había soñado: una fórmula encabezada por él y con el apellido Cresto de segundo.
PRIMER TERRENO EN DISPUTA : GUALEGUAYCHÚ
Aunque a Solanas ya se lo habían anticipado con estas palabras: “tené cuidado porque te van a dormir el nene”, el Intendente de Paraná estaba convencido que su homónimo de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen iba a ganar la pulseada y que, el Nuevo Espacio o lo que es lo mismo, el peronismo de la Concertación Entrerriana, iba a jugar con él. Confiaba también en la muñeca de Luís Leissa. Ambos, creía, iban a vaciar las aspiraciones de Emilio Martínez Garbino, cuya opinión sobre Solanas es que “es peor que Busti, sólo que no tiene poder”. Esa bronca viene desde cuando Solanas junto a Lauritto abandonaron el barco del Nuevo Espacio en la primer jugada contra Busti en 2003. En aquella oportunidad Emilio repitió : “la vida tiene sus vueltas, éste me las va a pagar”. Solanas, es de destacar, hasta imaginó el nombre de ese grupo: Nuevo Espacio.
En síntesis, Emilio se la cobró como había prometido y Solanas calculó mal: Irigoyen debía resolver el problema del desfalco en la tesorería y, nadie más que Busti sabía de la fortaleza electoral de una entente Paraná-Concordia-Gualeguaychú. Las tres ciudades juntas suman la mitad del padrón electoral y en los tres lugares la unidad se daba entre quienes tenían poder territorial : Solanas, Cresto, Irigoyen.
La disputa por Gualeguaychú fue descarnada, tanto que hasta aseguran que Busti negoció una encuesta que apareció llamativamente en un diario de circulación nacional (Página 12) que él influye y en el que hicieron aparecer a la Concertación como la segunda fuerza en Entre Ríos. Un dato tan disparatado como ideal para ese momento.
El objetivo de Busti era sacar del sopor y darle argumentos a quienes venían de perder un debate interno en la C.E., luego que la UCR –y como era previsible- se negara a integrar un frente ocupando el segundo lugar de la fórmula.
Lo logró, contó para ello con Emilio Martínez Garbino, cuyo encono con Solanas es inversamente proporcional a su capacidad para encontrar una brújula que lo oriente.
La presión de Busti por un lado y Solanas por otro lograron la primer víctima de la feroz disputa del peronismo entrerriano: dividió y enemistó al grupo político más sólido en lo político e ideológico: “Militancia”, ex peronistas no bustistas que detentan el poder en Gualeguaychú desde el advenimiento de la democracia.
El trabajo de pinzas del peronismo dividido, hizo las veces de una bomba neutrónica en el Nuevo Espacio. Contó para ello con la inestimable colaboración del conductor, diputado y candidato que cree (entre sueño y sueño) que puede convocar a integrar un mismo espacio a militantes que ven con simpatía a Kirchner, junto a otros que integran la movida de Rosario (CTA mediante), a los místicos de Elisa Carrió y por si faltara algo, a los radicales. En otras palabras, mejor que el obispo Piña, pero, en una provincia en la que la oposición parece un chiste. Es como no tener idea de sus propios límites, mucho menos capacidad autocrítica. Martínez Garbino es uno de los principales responsables de haber transformado una esperanza (N.E) en “los peores modos del caudillismo vetusto y antidemocrático” como acaba de sostener el partido del senador Julio Majul, que integra ese espacio.
Ocurre incluso algo peor que esto, están entregando a Irigoyen a las fauces del león.
Lo que viene es cargar las culpas del desfalco sobre Irigoyen, funcionario al que difícilmente alguien pueda emparentar con la corrupción. Según el organismo de control provincial, el desbarajuste viene de la época en que Martínez Garbino era Intendente, sin embargo, solo las espaldas de Irigoyen cargarán la mochila.
BERENJENAL
Ambos grupos se han metido en un berenjenal de difícil retorno y es probable que ni uno ni otro sector haya previsto las consecuencias. El tiempo dirá el costo de la movida, porque esto recién ha comenzado. Por lo pronto, es de sospechar que la tensión irá en crecimiento, lo que, por otra parte ya fue adelantado por el gobernador quien salió a vaticinar “una guerra ideológica” y pidió “coraje”. Es de sospechar que lo de “ideológico” es apenas cotillón verborrágico. No es sencillo imaginar a Dani Rossi, a Hugo Berthet, a Héctor Strassera, Salim Jodor, o José Allende por citar solo a algunos, preocupados por la ideología. Busti es el primero que sabe que Fukuyama es un aprendiz que los tuvo a ellos como fuente inspiradora. Es de esperar entonces, que ambas expresiones “guerra” y “coraje”, se asocien a “batatas” y suenen en los oídos de los lúmpenes, como la música que mejor saben, de una y otra troup, claro.
Por lo pronto y a modo de antecedente (previo incluso al lanzamiento de la guerra y a la convocatoria al coraje) dos de los habituales integrantes de la fuerza de choque de Busti Urribarri tirotearon (para asustar) los pies de uno de los tantos lenguaraces y come-pan dueños de una radio FM. El personaje radial no había tenido mejor idea que criticar al pato: “Buscaba una ayudita, pero se le fue la mano. Le mandaron dos o tres mensajes y no los entendió”, contaron los infidentes de ANALISIS, así que “se lo mandaron al “tata” y al “turco” y, para asustarlo le tiraron unos tiros en las patas”.
Cresto padre, el Intendente, nunca estuvo demasiado convencido de la confrontación. “yo no quiero pelearme con Busti” ha dicho varias veces. Le cuesta incluso ir por fuera de la estructura justicialista. Recordaba todas las veces que lo había acusado de “traidor” a Luís Jakimchuk cuando, como peronista, participó de la experiencia del Nuevo Espacio. “Che Calucho, ahora somos dos, los traidores”, suele decirle en sorna “Pirula” Jakimchuk. Ambos participan ahora del mismo proyecto político. Cada vez que puede, Cresto repite que lo que hizo Busti con el adelantamiento de las elecciones es una barbaridad: “así es muy difícil gobernar”, espeta y sabe de que habla. Busti le hizo levantar un programa de radio, literalmente, lo borró del dial. Cresto no es periodista, pero al mejor estilo de Aló Presidente, utilizaba ese espacio radial para hablar de sus obras y proyectos, en rigor, otro lugar desde donde hacer política. Busti levantó el teléfono y Cresto si quiere seguir comunicándose con la sociedad deberá hacerse de un megáfono.
De vez en cuando y como en la perinola “ganan todos” como con el tema de la ocupación de terrenos. Frente a la sociedad, Busti y Cresto quedaban como responsables de ser los instigadores de los asentamientos. Así evitaban discutir la verdad, el fondo de las cosas, es decir, los miles de vecinos que viven amontonados, hacinados, en chozas y sin perspectiva. Ganaban también los vecinos que, en muchos casos y aprovechando “la pelea de los de arriba” se hicieron de un terrenito o, por lo menos, de una promesa. Y otros, como los de Villa Cresto, hasta lograron sacarle unos pesitos. Pero, como hace años, todo es pura coyuntura, cero proyecto y hasta la próxima.
LA INTERNA EN LA REGIÓN Y ALGO MAS…
Colón, Federación y Chajarí, Uruguay y hasta Paraná, casi todos los departamentos son un problema en cada uno de los grupos. En el grupo Solanas, el principal cuestionamiento es para Berthet. “Fue el armador del grupo Talleres pero es una desproporción que encabece la lista de diputados y compita con Busti” dicen off de record algunos dirigentes integrantes de ese sector. Los mismos confidentes cuentan además que fue el senador de San Salvador el que ubicó los primeros nombres en la lista. Cuentan incluso que en una conversación con Solanas le dijo: “yo no tengo problemas en que vos pongas alguno de los tuyos…pero avisame antes”.
Los mismos críticos de Berthet dicen que armó las cosas de tal modo que, si pierden, el quede armadito, con un grupo y pueda negociar con el próximo gobernador.
No es el único problema, pero sí uno de los que aparecen como importantes.
Del otro lado no la tienen mejor: en el departamento Federación, por ejemplo, al Intendente Juan García le traban la llegada de recursos para comenzar o concluir obras ¿quién? Orlando Engelmann, el actual presidente de la Cámara de Diputados al que García le tronchó la posibilidad de repetir el mandato. Engelmann se está tomando revancha y dicen que Urribarri debe terciar para destrabar gestiones.
En Colón, son dos los grupos que apoyan la fórmula Urribarri-Lauritto: el sector que encabeza el senador Mariano López y el que capitanea el Intendente de San José, Eduardo Jourdan. Se odian : Jourdan suele repetir que “López es un traidorzuelo barato” así lo dice y suele prometer también que lo van a borrar de la política. López intentará trascender como candidato a Intendente.
Jourdan, en cambio, apoya para la Intendencia de Colón a Mariano Rebord y Eduardo Del Real y extendió su poder territorial ya que hasta hizo “pata” en Villa Elisa donde extrañamente, integrantes de su sector hicieron alianza con el ex Intendente radical Elcio Violaz que, a su vez, enfrentará al actual Intendente radical Marcelo Monfort.
Por el lado de Solanas, el actual Intendente Marsó intentará repetir su mandato.
El armado de la lista de diputados del solanismo dejó varios heridos, entre ellos al presidente de la Liga de Futbol de Paraná Campaña, Rubén Rezzet a quien le habían ofrecido los primeros lugares de la lista y terminó Nº 15.
Del otro lado la pelea por el senador en Nogoyá es calificada como “terrorífica”. Allí está Allende el riquísimo legislador-sindicalista.
En fin, ni la maquillada Paraná se salva. Allí y soto voce son varios los que palmean la espalda de José Carlos “Turquito” Halle y rosquean por atrás para esmerilar sus posibilidades. Habría que preguntarles a Cáceres, a Gaitan, que piensan de Halle y que relación tienen con otro de los precandidatos, más precisamente Ruberto.
LA MADRE DE LAS BATALLAS
Será en Concordia, sin dudas. Difícilmente Busti se deje arrebatar su principal territorio y difícilmente también, los Cresto rifen así como así la impronta de un apellido tan ligado al poder político. Para tener una idea de cómo están las cosas en esta ciudad, sería necesario contar que si uno habla con cualquiera de los dos grupos justicialistas, aseguran que quizá más del 70 % de los votos válidos irán a parar a una de las dos listas
Es decir, la oposición para ellos no existe, no cuenta, en rigor, Urribarri tampoco, ni aquí ni en la provincia, la pelea es Busti Vs Cresto Solanas o viceversa. Solanas debe estar convencido que ese es el lado flaco de la fórmula que debe enfrentar, de allí que días pasados dijo “Urribarri es uno de los hombres que menos conozco de la política entrerriana”.
Cresto, el candidato a Vicegobernador, apunta en el mismo sentido. Está más convencido que nadie que robarán las elecciones, entre otras razones porque “la gente sabe que no puede votar a Urribarri”, dice y agrega, “Urribarri no es Busti”. Antes, cuando aún no estaba definida la candidatura del ministro con licencia, Cresto decía que Busti no lo iba a poner de candidato porque apenas lo hiciera todo el mundo saldría a hablar de las causas judiciales de Urribarri. Todavía no ha ocurrido esto ¿ ocurrirá ? ellos suelen esperar que sean otros los que hablen, los que denuncien.
Casi todos los días hacen mención a una encuesta nueva cuyos resultados varían según las relate uno u otro sector. En lo que sí coinciden ambos sectores es que si en la disputa solo aparecen Gustavo Bordet por un lado y Cresto por otro, gana Cresto. Sin embargo, ese resultado no se mantiene si a Bordet lo incluyen en una lista donde aparece el candidato a gobernador y Busti, según ese grupo, claro.
Cresto padre no está tan convencido como su hijo del triunfo rotundo, igualmente suele chancear con un “si pierdo me voy a mi casa, yo para el 2011 voy a tener como 70 años, el que hizo bien es Enrique, porque aún perdiendo, hace buen negocio, quedará muy bien parado”.
Demás está decir que Urribarri y su gente la ven tan fácil que dicen que ganarán en toda la línea y que tienen encuestas que lo confirman. Los dos grupos a su vez, se disputan el favor de Kirchner que, para variar, juega a dos puntas y para cada uno tiene un mensaje y un dirigente que les sirve para asegurar que el presidente está con ellos. Contar con la bendición presidencial no es poca cosa: aporta porotos, chapa y entusiasma a los que dudan.
Final de la nota y como habrá podido observar, lector, lejos estamos de “la guerra ideológica” que imagina Busti, de los proyectos, de la discusión política y de un proyecto de país diferente.