En un comunicado enviado a Diario Junio, la Asociación Forestal Argentina asegura que “el Proyecto de Ley de la Madera, mediante el cual se intenta restringir la comercialización de madera fina, es perjudicial para todos los productores forestales de Entre Ríos. De hacerse efectiva la Ley, tendrá impacto negativo en los pequeños y medianos forestadores disminuyendo sus posibilidades de comercialización interna e impidiendo el agregado de más valor al bosque.”
Según la asociación, “la restricción al comercio provocará que el precio de los rollos de madera y de los chips (residuos madereros) se reduzca. Esto favorecería sin dudas a algunas empresas, que tendrán acceso a materia prima a menor valor, en detrimento de todos los forestadores. Al mismo tiempo, la baja de precio del raleo y de los chips reducirán los incentivos para lograr madera de calidad. Desde la entidad aseguran que “El forestador, al ver restringido su mercado para vender madera fina no hace raleos, lo que afectará directamente la oferta de madera de calidad aserrable a futuro.”
También explican en el comunicado que “el bosque tiene usos complementarios. En promedio, el 50% de lo que produce es apto para aserradero (el aprovechamiento en el aserradero es entre el 40 y 50% del tronco), el resto es desperdicio. Hay madera fina, rollos de baja calidad, costaneros, residuos, etc. que requieren de la industria del triturado para su aprovechamiento. Si no existe esta demanda, los residuos de los aserraderos se queman, desperdiciándose más de la mitad de lo producido en el bosque y causando un impacto ambiental muy negativo con el humo resultante.”
“Bosques de menor calidad, PyMES con menos rentabilidad, menor nivel de inversión, menor empleo, son todas consecuencias posibles de restringir la comercialización a los productores. El desincentivo que esta medida provoca en los forestadores, afectará la tasa de plantación anual, y el incumplimiento de los objetivos nacionales establecidos en la ley 25.080”, anuncian desde la asociación.
Por último afirman que “Botnia no requiere necesariamente de la madera argentina para su funcionamiento. Tiene en Uruguay más de 600 mil hectáreas disponibles, cinco veces más de lo que tiene forestado la provincia de Entre Ríos. Por ello esta Ley perjudicará sin dudas a más de 300 pequeños y medianos productores del Delta entrerriano y alrededor de 500 en el norte de la provincia, sin afectar las inversiones en el Uruguay y poniendo en riesgo la oferta de madera de grandes diámetros (alta calidad) a futuro”.