Un dato a destacar fue la participación y el discurso de dos alumnos de la escuela Nº 22 Mariano Moreno, cuya orientación es la comunicación. Sorprendieron con la lectura de un escrito en el que consideran que “la nueva ley de medios audiovisuales permitirá desarrollar todas las herramientas necesarias para promover nuevos periodistas con mayor libertad de expresión en todas sus variantes y la erradicación de la censura, que algunos medios monopolizados son expertos en aplicar”.
Además critican a esos “medios” que utilizan “el miedo como herramienta cuando se realizan acciones contrarias a sus propios intereses”.
Luego, hizo uso de la palabra, en representación del gobierno, Pedro Martínez, quien también destacó la nueva ley de medios, recordó a los periodistas de esta ciudad recientemente desaparecidos como el caso de Bradanini a quien calificó como “mi maestro” y destacó el papel de esta profesión.
Seguidamente, presentaron a la columnista del diario El Heraldo quien al tomar el micrófono dijo, a mi la gente no me reconoce así, simplemente me llaman “Minguet”, fue luego de escuchar completos sus nombres y apellidos. Luego de ese episodio risueño hizo una larga referencia histórica sobre la aparición de la imprenta y los diarios, ya más aquí criticó la mala utilización del lenguaje y puso como ejemplo la televisión y sus programas a los que calificó duramente por sus expresiones soez y chabacana y reivindicó su carácter de maestra (docente) a quien le tocó además ejercer esta profesión.
Por último, cerró la lista de oradores Gastaldi, director de DIARIOJUNIO quien comenzó recordando al centenar de periodistas desaparecidos durante la dictadura militar.
Reivindicó la idea “que la información es un bien social, que los periodistas no somos dueños de ella y que por tanto no podemos hacer con ella lo que queramos. Es decir, no podemos ocultarla, tergiversarla o negarla según nos convenga”.
Dijo además, “los periodistas argentinos en particular y los latinoamericanos en general, vivimos un momento muy especial, de mucho debate y confrontación de ideas, un momento en el que nos toca asistir a un fenómeno distintivo de los últimos más de 30 años. Al menos en mi experiencia como periodista, siempre he asistido a una realidad en la que el poder era una unidad : el poder económico, político, militar y mediático, actuaba en tandem, eran una unidad, no había fisuras entre ellos. Sobretodo cuando los intereses de unos y otros estaban en juego.
Hoy debo decir que, por primera vez en muchos años, asistimos en Latinoamérica a una fenomenal fisura de ese poder”. Habló de lo impensable que resultaba imaginarse a un indio, a un obrero, a un guerrillero y a una mujer como presidentes de nuestros países, menos a un militar ganando elección tras elección. Gobiernos, dijo, de clara raigambre popular, nacidos del voto popular y en ese sentido absolutamente legítimos e irreprochablemente democráticos. Esos gobiernos han roto esta vieja tradición y ya el poder no es una unidad como antaño.
Con sus más y sus menos, sus idas y vueltas, las políticas de estos gobiernos se alejan de los intereses de los poderosos y se acercan a los de sus pueblos, aunque a esos pueblos muchas veces les cueste distinguirlo y analizarlo de este modo.
Aquí es donde nuestro papel como periodistas cumple un rol fundamental.
Hoy los periodistas estamos en el medio de un vendaval, estamos cruzados por fuertes y sordas luchas de poder que nuestros pueblos no necesariamente perciben, más bien ignoran, de allí que resulte tan importante nuestra tarea de hacer visible esa disputa.
Cuando Mariano Moreno creo la Gazeta, en rigor lo que recordamos hoy, lo hacía para confrontar con el poder instituido, el de la colonia, los patriotas necesitaban un medio de prensa que fuera capaz de relatar y contar las cosas de un modo diferente y que se animara a defender las ideas de la revolución de mayo.
Hoy nosotros también necesitamos de una pluralidad de medios mucho más vasta en cuanto a poder reflejar una realidad que está invisibilizada por los grandes oligopolios mediáticos a quienes por desgracia los más chicos suelen copiar.
Como periodistas, al menos como periodistas pertenecientes a una estirpe cuya intención es defender desde nuestra profesión el interés de las mayorías, no podemos menos que, en este nuestro día, saludar con alegría la nueva ley de Comunicación
Audiovisual y exigir que la justicia deje de gobernar impidiendo su puesta en vigencia y, en cambio se dedique a hacer cumplir la ley.
Siguió señalando “que periodismo es mostrar lo que el poder quiere ocultar. Y hoy, dijo, poder no es sinónimo de gobierno, al contrario, al lado del poder real, el gobierno que siempre fungió de atropellador, hasta parece una víctima.
A ese cambio asistimos y ese el cambio que debemos alentar.
Al final destacó la derogación de la ley que reprimía con cárcel las injurias y calumnias y que impedían un desarrollo libre de nuestra profesión. Aunque reconoció que faltan aún lograr muchas conquistas, como acceder a la información pública de manera mucho
más rápida, falta que la publicidad se distribuya de un modo más equitativo y respetando la influencia social y la llegada de cada medio o periodista….
Y podría seguir con todo lo que falta, pero no es esa la idea, sino decir que aunque falta, no podemos permitirnos negar lo logrado Pues con ello, estaríamos habilitando a que vengan otros a tirar por la borda lo alcanzado”, finalizó.
