La investigación apunta a determinar quién hizo de nexo en el momento del secuestro en San Benito, el domingo, cerca de las 15.30, como así también el paradero de la joven, de quien sigue sin conocerse dato alguno.
Lencina, quien salió de licencia laboral el viernes, de la Unidad Penal de Concepción del Uruguay donde se encuentra cumpliendo una condena de 20 años, por dos crímenes, había dicho que viajaba a la localidad de San Martín de las Escobas -una pequeña población, ubicada a algunos kilómetros de Rosario-, pero junto con su concubina emprendieron camino a Paraná. Tanto Lencina como su mujer fueron vistos al momento de efectuarse el pago, el domingo pasado, a las 19 y a las 20, aproximadamente. Eran quienes conducían el operativo de cobranza, a una prudente distancia, ya que tal cometido lo hizo otra mujer más joven. Ellos permanecieron a escasos metros, cerca de un locutorio, que fue desde donde se hicieron las primeras llamadas telefónicas a la casa de la familia Aguirre.
Lo que la Policía y la justicia no han podido determinar aún es si fueron ellos dos los que también efectuaron el secuestro de la joven Fernanda o fueron otros los individuos que llevaron adelante el operativo en San Benito. Algunos investigadores entienden que, en realidad, «fueron personas aliadas» al matrimonio Lencina las que efectuaron el secuestro.
Tanto Lencina como su concubina fueron observados luego en la Terminal de Ómnibus de Paraná, esa noche del domingo, poco después de las 12. La última llamada telefónica realizada a la casa de los Aguirre fue, precisamente, desde la terminal. Lencina -que permanece en la Comisaría Quinta-, al declarar, negó los hechos e insistió en remarcar que se encontraba en San Martín de las Escobas durante el fin de semana. La mujer se negó a declarar y se encuentra alojada en la Unidad Penal número 6 de mujeres.