En declaraciones realizadas al programa “Cuarto Poder”, el titular del Juzgado de Faltas Nº 2, Luís Alberto Moix, anticipó que “mañana voy a solicitar el expediente”, ya su vez “le voy a pedir (detalles) a la Dirección de Saneamiento Ambiental, para saber que finalidad tuvo toso eso”. Agregando: “no tenga la menor duda que si no se hizo, tomaremos las medidas necesarias”.
El funcionario detalló que “a través de la Dirección de Saneamiento Ambiental se había detectado que se arrojaba aserrín por sobre los techos de una viviendas vecinas. Es decir que no tenía los elementos necesarios para evitar la polución a los inmuebles vecinos.
Fue así que, al no haber otro elemento, dictamos sentencia y condenamos la clausura del establecimiento. Hasta tanto se realicen las medidas necesarias para evitar la polución”, pero tal como se denunciara, la medida nunca se habría concretado, gracias a los encumbrados contactos que esgrimieron los empresarios.
Moix admitió que no podía especificar cual debería ser la solución técnica, “porque ya es un problema de la empresa que debe solucionarlo. Nosotros libramos un mandamiento de clausura, y posteriormente no hemos tenido mayor información”.
Ante la observación periodística que la clausura nunca se habría realizado, Moix explicó que no recordaba con precisión “la cantidad de actas labradas, pero si recuerdo que habíamos establecido la clausura hasta que se solucionara el problema”. Aclarando que desde la Justicia de Faltas “en ningún momento pretendemos atacar la libertad de trabajo, pero entendemos que por trabajar se puede molestar a lo s vecinos”, pero explicó que “tampoco establecimos una clausura por 10 o 20 días, porque pasa ese tiempo y el problema subsiste. Lo hacemos por un plazo indeterminado hasta que el problema se solucione”.
La empresa
El aserradero esta ubicado en la manzana comprendida entre las calles Pedro Sauré, Feliciano, Córdoba y Federación.
DIARIO JUNIO recorrió el barrio y pudo registrar en fotografías que la quema de desechos continuaba normalmente, al punto tal que el aserradero debió llamar a bomberos zapadores porque perdieron momentáneamente el control del fuego y se quemaron varios postes de eucaliptos.
Los principales vecinos damnificados son los flamantes adjudicatarios de un barrio que quedó literalmente pegado al aserradero, comprendidos todos en un plan habitacional de 100 viviendas. Estos vecinos, por culpa de aserrín, denuncian problemas higiénicos, rotura de electrodomésticos, cuadros de enfermedades respiratorias y hasta el taponamiento de desagües.
Pero los problemas por las quemas de desechos van mas allá de las cercanías del aserradero y los reclamos se extienden a varias cuadras a la redonda.