Oscar Fernández, secretario de Acción Social del gremio, recordó que en julio de 2013 el Estado se hizo cargo de la concesión que hasta ese momento estaba en manos de ALL (América Latina Logística). Y que la inversión prometida que iba a comenzar a llegar durante el primer semestre del 2014 vino “en cuentagotas” y “muy poco”.
“Se hizo un mejoramiento de vías que no era el que nosotros queríamos, llegaron algunos motores y algunos repuestos para las locomotoras y algún arreglo de vagones. Pero no es lo que nos habían prometido en un principio”, sostuvo.
Hasta el momento, se cambiaron rieles, durmientes, juntas, balastos y fijaciones en el tramo entre Estación Yuquerí y Concordia. Fernández indicó que el mes próximo llegarían algunas locomotoras compradas a China. En tanto que para el primer semestre de 2016 se esperan más inversiones destinadas a vagones, locomotoras y vías.
“Por el momento son promesas. La realidad es que se ve muy poco esa inversión acá en nuestra línea”, indicó. El gremialista dijo que observa con “gran envidia” como se invierte en Capital Federal y el Conurbano Bonaerense. “Se ve material rodante nuevo, inversión en infraestructura en las estaciones, en las vías. Se ve una genuina inversión pero, por este lado, hasta el momento es muy poco”, indicó.
El gremialista señaló que hay lugares donde las máquinas deben circular a paso de hombre debido al pronunciado déficit de mantenimiento de vías. Uno de esos tramos es el que corre entre la estación de La Criolla y Federación. Cuando llueve, el terraplén sufre una erosión que perjudica la estabilidad de las formaciones que circulan por encima. “Eso no tiene solución. No hay elementos, es muy poco tanto en material humano como en maquinarias pesadas”, dijo.
El problema no es nuevo. “Ese problema el ferrocarriles siempre lo tuvo desde la época de Ferrocarriles Argentinos. Lo que pasa es que en la época esa había un plantel de unos 100 obreros trabajando en forma permanente entre ‘puenteros’, artesanos, cuadrilla volanta, cuadrilla fija. Entonces se mantenía el sector en condiciones”, indicó. En esos años, un tren podía correr a 80 o 90 km/h y en la actualidad, según le transmitieron gremialistas de La Fraternidad (conductores de trenes), cruzan a 2 o como mucho a 5 km/h. “Y así y todo se descarrilan”, señaló.
Por otro lado, Fernández sostuvo que cada vez se ve menos movimiento en las vías. “Esta semana estaba hablando con un guardabarreras. Me comentaba ‘¿Qué pasa? Hace un mes que no estoy cubriendo un tren’. Es muy buena pregunta. Nosotros tampoco sabemos lo que está pasando. Es muy poca la frecuencia que hay en este momento. La realidad es que la actividad casi, casi que está paralizada”, sostuvo.
En cuanto al patrimonio ferroviario, en la Estación Central se puede observar desde la pasarela lo que dejaron años de desguace y desinversión. En el patio de maniobras se observan varias locomotoras en desuso, algunas desmanteladas y otras corroídas por el óxido. También se acumulan vagones desvencijados, herrumbrados o deformados por el uso o algún accidente.
El antiguo ferrocarril Urquiza fue enajenado al grupo Pescarmona con unas 50 locomotoras en funcionamiento. “Conversando con compañeros mecánicos nos dicen: ‘mira yo creo que en este momento no hay más de tres locomotoras’”, señaló Fernández.
Por otra parte, se observa el abandono de algunos ramales. Por ejemplo, el que se dirige hacia el puente Salto Grande y conecta con Uruguay. Las últimas formaciones que atravesaron esas vías fueron las del desaparecido Tren de los Pueblos Libres, inaugurado en 2011 y dado de baja al año siguiente por dificultades para ingresar al territorio uruguayo. Las vías están tapadas completamente por pastizales y en algunos sectores hay basura acumulada. Fernández dijo que si uno de los ejes de la política nacional es la integración con los países hermanos “a no muy largo plazo eso tiene que recuperarse”.