A fin de abril pasado, el gobernador Gustavo Bordet confirmó que Laer será disuelta debido a que el Estado entrerriano no está "en condiciones operativas de sostener una línea aérea que sería excesivamente onerosa y costosa, máxime cuando hay vuelos de Aerolíneas Argentinas que tienen la ruta Buenos Aires-Paraná". Desde hace más de dos años que la aerolínea no vuela y el Ejecutivo sostiene, vía subsidios, el pago de salarios a personal que no tiene actividad.
“La institución siempre estuvo muy ligada a Laer porque Concordia funcionaba gracias al Centro de Comercio y sabemos de la afluencia que había de gente de afuera que venía a Concordia gracias a Laer y de la gente de Concordia que lo utiliza también se viene trabajando muy fuerte en buscar otras alternativas”, indicó el titular de la entidad.
Según sostuvo, se hablaron con “muchísimas empresas” y los costos que se manejan para venir a Concordia son “muy elevados”. Incluso, reclamaron una garantía de cierta cantidad de plazas fijas. Si bien cada empresa exige un número diferente, ninguno está por debajo de la decena de pasajes vendidos en forma diaria. “Hoy en día eso es muy difícil de prever”, dijo Lago.
Desde la entidad hablaron con empresas que viajan hacia el norte y pueden realizar una escala en el aeródromo. La idea de algunas aerolíneas es diseñar un circuito que establezca una vuelta por algunas provincias para llegar al número de pasajes requerido.
Pero también se prevé la posibilidad de que arriben empresas grandes como Aerolíneas Argentinas. En ese caso, el inconveniente es la pista de aterrizaje. Habría que alargarla y ampliarla. “Tiene que ser más larga y hay que ensancharlas muy poquito”, dijo.
Además se debería falta incorporar un sistema como para que los acciones aterricen en condiciones críticas de visibilidad. “Sabemos que el intendente lo tiene muy presente y tiene la intención de cuanto antes dejar el aeródromo para que pueda venir cualquier tipo de aeronaves”, indicó.
“Para nosotros es sumamente necesario que funcione. Tenemos el Centro de Convenciones más grande de Entre Ríos, una obra importante que dice mucho de Concordia. Todas las personas que vienen de fuera quedan asombradas con esa construcción. Pero cuando viene gente de Europa no pueden entender como vienen a Buenos Airees en un avión y se tengan que tomar una combi y viajar cinco o seis horas para llegar a Concordia”, indicó.
No obstante, la idea de que aterrice Aerolíneas en Concordia suena un poco quimérica. Los gremios están preocupados por la caída de rutas internacionales y temen por los puestos de trabajo. A la par, Isela Costantini, presidenta de Aerolíneas Argentinas, reclama más presupuesto y dice que quiere una empresa en expansión, según publicó el diario Tiempo Argentino.
Explican que mientras el gobierno recorta cada vez más el presupuesto para Aerolíneas Argentinas (AA), la presidenta de la empresa, Isela Costantini, elige mostrar hacia afuera una resistencia al achique. Los sindicatos están atentos a cuidar las fuentes de trabajo y las empresas privadas, nacionales y extranjeras, sobrevuelan al acecho para pescar ventajas en el río revuelto.
Dirigentes sindicales y especialistas del mundo aerocomercial suponen lo peor. La quita de presupuesto, analizan, asfixiaría financieramente a la empresa y la haría menos eficiente. De esta manera, la estigmatizaría por mal funcionamiento para justificar su desguace o privatización parcial o total. En los hechos, la privatización llega de la mano de una política encubierta de cielos abiertos o liberalización del espacio aéreo para que a través de convenios bilaterales entre países o regiones puedan operar todas las líneas aéreas. Si bien por ahora el gobierno no se anima a plantear esta idea de manera oficial para evitar una confrontación organizada, de a poco, privatiza vuelos y tramos.