Cueva es monotributista categoría A. Si bien le hubiese tocado la ayuda de $ 10.000 que otorgó el gobierno para afrontar la cuarentena, explicó que está excluida. “A mí no me corresponden los $ 10.000” dijo. En su caso, porque hay otro ingreso fijo en su hogar. Además sostuvo que si tramita un crédito, solo le prestan $ 3.000. “No sirve para nada”, sostuvo.
No obstante, admitió: “este mes no sé cómo vamos a hacer”. Si bien su pareja tiene un ingreso fijo y actualmente está trabajando dado que fue exceptuado, el rubro en el que se desempeña se ha visto afectado de igual manera por la cuarentena.
Un transporte escolar cobra entre $ 3.000 y $ 5.000 por mes. Pero durante diciembre, enero y febrero no perciben prácticamente ingresos aunque ese parate veraniego es previsible. A pesar de que podrían, Tránsito no les permite trabajar con los recreativos. “Me dijeron que la habilitación no es para eso pero en AFIP yo estoy habilitada para eso”, explicó. Pero suspender la actividad a los 15 días de comenzar las clases: “prácticamente nos mató”.
“Yo hablé con el otro chico, mientras no se trabaje no le podemos cobrar a los padres ninguna cuota, mas allá de que sea mensual lo que cobramos”, dijo. “En marzo se pagó una parte y abril estaremos parados. Es bastante complicado, estamos parados quien sabe hasta cuándo” reflexionó Cueva, quien trabaja de manera exclusiva con alumnos de un colegio privado. Y la mujer admitió que tampoco pueden ir a cobrar normalmente ya que hay padres a los que la cuarentena obligatoria también los afectó económicamente. “Están en la misma situación que yo”, dijo. La incertidumbre se potencia al tener en cuenta que no sabe cuántos chicos estarán dispuestos a tomar el servicio cuando comiencen nuevamente las clases, en mayo o más adelante.
Por el contrario, las obligaciones impositivas corren igual que en épocas normales. “Los impuestos los tengo que pagar igual sin ningún tipo de ayuda”, dijo en referencia a la patente, monotributo, el impuesto inmobiliario provincial y la tasa municipal de comercio. “Es como que tengo la oficina en mi casa”, dijo. Aunque cabe acotar que no pagaría Ingresos Brutos, de acuerdo a lo anunciado ayer por la Provincia para monotributistas, categoría A y B. Y al menos, por ahora, no tiene que ir a la estación de servicio. “El único ahorro que tenemos es que no estamos gastando en combustible”, indicó.
Para salir del paso, Cueva dijo que no quería una ayuda gratis o “de arriba” en referencia al gobierno. “Yo lo que pido es un crédito a pagar en cómodas cuotas”, dijo
Competencia desleal
Respecto de lo específico a la actividad, hay que añadir que Cueva, junto al otro transporte habilitado, debe competir con otros en lo que define como una situación de deslealtad comercial dado que no están habilitados. Al respecto, dijo que mantuvo una reunión con los concejales Daniel Cedro y Lía Solís (PJ) cuando se enteró de que habían mantenido un encuentro con los transportes no habilitados el mes pasado. “Me junte con ellos y me trataron bastante mal”, señaló Cueva. “Nos hicieron sentir a mí y a Transportes Paloma como que no queríamos que el resto pudiera trabajar. Como que yo tenía un problema personal con ellos y lo que pretendo es que paguemos todos por igual”, dijo.
Al respecto, Cueva dijo que, además de que “no pagan nada”, ellos deben aprobar una inspección mecánica tres veces al año y el carnet profesional dos veces (les exigen un montón de papeles y los hacen ir en pleno horario laboral) y los restantes se movilizan en vehículos más antiguos. Sin embargo, los transportes no habilitados trabajan normalmente. “Tránsito no los para”, reclamó. Pero decidió no seguir adelante con los reclamos porque ha recibido amenazas.
