La iglesia de Paraná salió a criticar el ataque antisemita de grupos católicos

Aunque públicamente del hecho no se responsabilizó ninguna corriente, todas las miradas apuntaron hacia los militantes del denominado grupo Unidad, una célula del catolicismo que supo tener su centro de operaciones en la Parroquia Santa Teresita, que aunque mínima, suele dar golpes de efecto ruidosos. Durante la celebración del Día de la Virgen, en diciembre de 2003, la ciudad amaneció empapelada con un afiche que muchos atribuyeron a su autoría, que decía: “Salve Inmaculada. Tus hijos de Paraná te saludan, orgullosos de ser soldados de Cristo y custodios de la Iglesia”.
Sin responsabilizar a ninguna corriente en particular, la Iglesia Católica salió a poner distancia de las manifestaciones antisemitas. “Ante las expresiones injuriosas contra la comunidad judía vertidas en nuestra ciudad, que se han conocido en los últimos días y en las que al mismo tiempo se daban vivas al santo nombre de Cristo y vivas también a la Patria, este Arzobispado quiere expresar hacia los ofendidos su profundo dolor y se solidariza con ellos, considerando (que) esta ofensa está en contra de cómo la Iglesia Católica quiere vivir el mandato de Cristo: ámense los unos a los otros como yo los he amado (Jn 13,34)”, señaló la Curia.
La Iglesia lamentó también que “esta agresión haya ocurrido en un acto al que la Iglesia Católica fue invitada para presentar la verdad católica sobre un tema muy delicado que hace al respeto a la vida y a la dignidad del hombre. La Iglesia defiende la vida y la dignidad de todo hombre desde su concepción hasta su muerte, sin hacer acepción ninguna de personas. La presencia y la exposición realizada por el sacerdote que en nombre del Arzobispo participó en esta reunión responde a la necesidad de obedecer al mandato bíblico: Estar dispuestos a dar razones de nuestra fe”. Finalmente, señala: “Defender verdades faltando a la caridad es un modo de ofender a la verdad”.

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