Según confirmaron desde la Dirección de Prensa de la Municipalidad, este miércoles a las 11.30 se volvió a poner en funcionamiento «normalmente» todo el sistema de bomba en la captación de agua en el puerto.
Desde la Comuna señalaron que «la bomba funciona en forma óptima y se está enviando agua a la planta potabilizadora con regularidad, lo que permitirá recuperar el abastecimiento total de la planta». Difundieron también que «la presión del agua es la adecuada y se espera que para las primeras horas de la tarde el servicio quede normalizado para toda la ciudad».
Una ciudad de casi cien mil habitantes padeció la falta de agua potable durante tres días, un hecho que muchos preveían desde hace tiempo. Incluso la semana anterior, como si fuera un aviso, La Histórica estuvo también sin el vital elemento.
Además, el problema, que por segunda vez en una semana dejó sin agua a Concepción del Uruguay, esta vez desde el domingo, podía preverse fácilmente. Y la prueba la aportaba, precisamente, en febrero de este año, en pleno conflicto con el Ejecutivo scelzista, la Asociación de Obreros y Empleados Municipales (AOEM), cuando denunciaba las condiciones precarias en que se encontraban todas las instalaciones de la Comuna, entre ellas la planta potabilizadora.
En fotos enviadas a los medios podía apreciarse que las bombas con las que se extrae el agua desde el Puerto y desde la Toma están ubicadas en uno de los galpones de la ex Central Caseros, donde del otro lado de la pared viven familias evacuadas en la creciente de 1997. En el muro existe un boquete que deja a los motores a merced de cualquiera que «se proponga hacer daño», lo que provocaría que «la ciudad se quede sin agua a las pocas horas».
La situación generada por la desinversión de las últimas gestiones municipales -y sobre todo las dos de Bisogni, con recaudaciones récords durante años- generó el colapso en el abastecimiento. La falta de mantenimiento de las maquinarias que integran el sistema es tan notoria que para detener algunas de ellas se utilizan palos, con las que se las traba.
El episodio es un evidente fruto de la desidia, sin que aún se pueda entender con exactitud qué es lo que sucede con las bombas que en su oportunidad pagó la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (Cafesg), y que fueron colocadas con gran pompa en el río Uruguay, frente a La Toma.